𖣂: Taiju está enamorado.

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Si no les gusta el Taisuya xfa abstenerse de leer, es el primer especial de parejas secundarias ajxjdkkcks sigue el Mitake.

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La vida siempre fue tan aburrida, nada de color, nada de cariño, solamente responsabilidades y exigencias de los demás por ser el hermano mayor de los Shiba. Se supone que debo ser el más maduro de los tres, el más responsable, el que lleva las riendas de todo y el alfa más fuerte de la familia, pero habían momentos en los que solo quería descansar un poco o encontrar un refugio, un lugar seguro.

Y encontré a Takashi Mitsuya, el omega de cabello lila que amaba hacer ropa y que siempre tenía una sonrisa en el rostro. Grande fue mi sorpresa al saber que Taka-chan como lo llamaba Hakkai también era un hermano mayor, con padres ausentes y que tenía dos hermanas menores.

Debió ser muy difícil.

Cuando lo ví por primera vez estaba con Hakkai, más específicamente en la sala de mi casa, mi hermano le hablaba de una omega en la que estaba interesado y Mitsuya le daba consejos mientras bordaba algo. Y ahí, en ese minúsculo segundo en el que levantó su vista nuestros ojos se encontraron y todo tuvo sentido para mí, todo el peso que tenía en mis hombros desapareció, me ví reflejado en esos ojos claros que me miraban con atención y curiosidad, por fin, por fin podía respirar tranquilo. Mi lobo aullaba meneando la cola de un lado a otro feliz de encontrar a su media luna, a su otra mitad.

- Hola, debes ser el hermano mayor Hakkai. Soy Takashi Mitsuya. - Oh, aún recuerdo esa sonrisa que me deslumbró por primera vez, su voz era dulce y su aroma a lavanda encajaba perfectamente en él. -

- Soy Taiju Shiba. - Respondí automáticamente, mirándolo cuidadosamente tratando de corresponder a esa hermosa sonrisa que me brindaba con tanta gentileza. -

Desde ese momento
supe que había encontrado a mi hogar.

La segunda vez que me lo encontré fue en un parque, él lloraba sentado debajo un árbol mientras la soledad consumía su ser, tapaba su rostro con sus manos mientras intentaba callar sus sollozos mordiendo con fuerza su labio inferior, por supuesto que me acerqué lo más rápido posible.

Las palabras no hicieron falta, solamente me senté a su lado liberando feromonas para calmarlo, su llanto tan desesperado y ver sus ojos hinchados empapados de lágrimas lograron romper mi corazón, cuando dejé de escuchar sus sollozos fue cuando su cabeza se apoyó quizás inconscientemente en mi hombro, estaba cansado, estaba más que cansado y podía ver ese dolor reflejado en sus ojos. Me sentí mal por saber lo que horrible que se sentía estar así, tan solo, tan triste y sin poder pedir ayuda.

Una vez más, nuestros ojos se encontraron y tal vez yo tenía una cara de idiota o simplemente lo era pero nada se comparaba a la pequeña risa tan linda que era acompañada con una voz rota, sus delicados labios formaron una sonrisa a pesar del deplorable estado en el que se encontraba.

- Entonces no me equivoqué, en definitiva eres mi destinado. - Un sonrojo se apoderó de mis mejillas encontrando de repente todo en él tan encantador que hacía latir a mi corazón como loco.

- También lo sentiste. - Respondí en un intento vago de mantener la conversación, solamente asintió volviendo a apoyar su cabeza en mi hombro. Ahí, disfrutando del silencio y frío de la noche pude ser feliz por algunas horas, incluso sin hacer nada más que hablar de las formas que hacían las nubes, volviendo por unos momentos a la niñez que nos fue arrebatada para cumplir nuestro deber con nuestros hermanos.

- ¿Puedo tomar tu mano? - La pregunta me dejó helado, no porque me pareció extraño sino porque añoraba tocar su piel, sentir la suavidad de ella y fundirme en su tacto, su voz que estaba un poco quebrada por el esfuerzo se quedó en lo más profundo de mi corazón siendo atesorada por siempre.

- Claro. - Puedes tomar toda mi vida también, quise responder, siendo frenado al instante por mi lobo.

Su mano no solo era suave, también era cálida y ese pequeño y gentil toque llenaba todo el vacío de mi ser, estaba seguro que al entrelazar mis dedos con los suyos mi corazón se detuvo por un minuto, ahí sentados debajo de aquel árbol hicimos una promesa silenciosa en medio de la noche y frente a la luna.

Sabía que no quería ir a otro lugar más que ese, ahí era en donde pertenecía, al lado del omega más precioso que mis ojos tuvieron la dicha de admirar.

Caminamos en silencio hasta su casa, aún sujetando firmemente nuestras manos, sus bonitas mejillas estaban rojas ¿era por el frío? quise creer que no, que el causante era yo y nadie más. A media noche lo dejé en la puerta de su casa, aún sin querernos separar hicimos nuestra despedida algo larga hablando de nuestros hermanos y de lo que haríamos mañana, ahí entre risas acordamos vernos después de sus clases.

Lo siguiente me recordó lo hermosa que puede ser la vida acompañada de la persona indicada, fue un segundo tal vez, un minúsculo segundo en la larga noche que sería inolvidable para ambos, un pequeño y suave beso en mi mejilla fue lo que me devolvió todo lo que creía perdido, después soltó mi mano lentamente para entrar a su casa.

- Gracias, Taiju. - Salió de sus labios, dejándome encantado y sin habla, miraba fijamente a mis ojos con las mejillas rojas y su ya usual sonrisa, la luz en la parte de atrás de su casa le daba un toque precioso, aquella imagen que sigue guardada con cada detalle en mi memoria.

Esa noche no solamente no dormí, sino que también me quedé despierto escribiendo poemas, pensando en cada detalle de ese día y en cada detalle de Takashi Mitsuya, toqué con cuidado el lugar en el sentí sus labios por primera vez dejando que un suspiro se escape de mi boca. Algunas cosas estaban destinadas a ser y la luna nunca se equivocaba. Entre tantas líneas dedicadas a él, a su sonrisa, a la suavidad de su cabello y a la belleza de sus ojos, escribí la última de ellas viendo el sol asomarse para dar paso a un nuevo día.

Lo siento, pero no pude evitar enamorarme de ti.

، ✶ 𝗟𝗔 𝗙𝗔𝗠𝗜𝗟𝗜𝗔 𝗕𝗔𝗝𝗜 !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora