Peter Quill: historia de un forajido. #ChrisPrattAwards

Reencuetros y Tensiones: 2ª Parte

La luz que se filtraba a través de las blancas cortinas era muy tenue y apenas resultaba molesta. Kendra luchó unos momentos contra sus párpados hasta que estos decidieron obedecerla y abrirse, no sin esfuerzo claro. Un punzante dolor de cabeza se hacía palpable en sus sienes, se las frotó sin entender por qué le dolían, o por qué demonios estaba en lo que parecía ser una habitación de hospital. Entonces todo le vino de golpe, la nave alienígena, los Guardianes de la Galaxia, Peter, sus poderes.... Por amor de Dios ¡sus poderes! Había perdido el control sobre ellos y estos habían emergido sin previo aviso. Recordó las medidas "desesperadas" de Hunter para hacerla entrar en razón, ahora que lo pensaba, estuvo bien, pero aun así fue un poco radical. Algo que le haría saber en cuanto lo viera. Miro a su alrededor prestando más atención, la habitación era muy sencilla, cama típica de hospital, paredes blancas, una mesilla con una sencilla lamparita y un botón para llamar a la enfermera. Se había desmayado, de eso se acordaba, pero no entendía por qué. La última vez que le había ocurrido fue cuando Mikaela le estaba enseñando a controlar sus poderes. La telequinesis era agotadora si no sabías controlarla bien y ella sabía. Negó con la cabeza. Peter lo había puesto todo patas arriba, literalmente; tenía que verle, necesitaba verle, hablar con él. Se levantó de la cama como pudo ya que todavía se sentía cansada, por suerte llevaba puesta su ropa y no una de esas ridículas batas de hospital que tanto odiaba; antes de que pusiera la mano sobre el pomo de la puerta, esta se abrió dando paso a unas preocupadas Amber y Clary. Las dos la miraron un momento y acto seguido se lanzaron a sus brazos para abrazarla con fuerza. Les devolvió el abrazo y se dio cuenta de qué Mac y Hunter estaban detrás.

-¡Dios mio Kendra! ¿Tienes idea del susto que nos diste?

Ella negó con la cabeza medio pidiendo disculpas, mientras Mac se acercaba a ella y la abrazaba también.

-No vuelvas a hacernos algo así ¿me oyes?- Mac era como el hermano mayor superprotector que nunca había tenido, le encantaba. Asintió con la cabeza contra su hombro.

Entonces fue el turno de Hunter, ella se sintió un poco tensa pero él parecía muy seguro de sí mismo. La rodeó con los brazos por la cintura mientras ella se ocupaba de hacer lo mismo con el cuello de él.

-¿Salimos ilesos de una misión con Hydra y tú te desmayas por unos simples extraterrestres bastante molones? Creía que tendrías más aguante preciosa.- Ella golpeo su brazo amistosamente mientras sonreía, para luego dedicarle una mirada suspicaz.

-Y yo pensaba que no eras tan lanzado, ¿ni siquiera me has invitado a cenar y ya me besas? Menuda cara.- Lance soltó una carcajada mientras le revolvía el pelo con cariño.

-Fue una medida desesperada, había que hacerlo, no volverá a pasar si no quieres.

-Bien, porque no salgo con compañeros de trabajo.

-Yo tampoco, la última vez que lo hice acabé casándome y no terminó bien para nadie.

Todos aguardaron para ver si lo que estaba diciendo era en realidad una broma pero no fue así.

-¿Estuviste casado?- Kendra lo miraba con incredulidad. Imposible.

-Sí y como he dicho no terminó bien para nadie y no es un tema del que me guste hablar, así que cambiando de conversación.....no nos habías dicho que podías hacer flotar muebles en el aire.

Y ahí estaba, claramente le iban a preguntar por ello en algún momento, le sorprendía que no fuera lo primero que le hubieran dicho. Los miró a todos de uno en uno detenidamente, soltó un suspiro y se sentó en la cama cruzándose de piernas al estilo indio.

-No os lo conté, porque bueno, no es que nos conociéramos mucho y porque no lo vi una cuestión relevante. En combate sólo utilizo mis poderes como último recurso. Siempre. Es una medida de precaución.