Capítulo 9

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"Eso es lo que hace el odio. Te alimenta y al mismo tiempo te va pudriendo. Es duro, profundo y afilado, un sistema que bloquea. Es completo y lo abarca todo"- Pandemonium.


Era cómo si todo se moviera a cámara lenta y Kendra se daba cuenta de ello.

Quería acercarse al chico Maximoff, ponerle una mano en el hombro y decirle que1 todo saldría bien. Pero en lugar de ello, se encontraba junto al resto de los héroes, fuera de la sala dónde la Doctora Cho había instalado una máquina diseñada para regenerar tejido, aguardando. Hacía cosa de unos quince minutos que ella y el Doctor Banner habían finalizado la intervención quirúrgica para extraer la bala del costado de Wanda Maximoff. Ahora la máquina debía hacer el resto. El único que se encontraba dentro de esa habitación con ellos era su hermano. Era una estancia con cristales completamente transparentes, así que era inevitable que lo que sucediera dentro no pasara desapercibido a miradas ajenas.

La cara de Pietro era una mezcla de angustia, dolor y expectación. Seguía todos y cada uno de los pequeños movimientos que llevaba a cabo ese extraño aparato de metal, que recorría el costado de su hermana de arriba abajo constantemente. Tras los primeros diez minutos, decidió moverse para acercarse hasta su hermana y cogerle la mano contraria a la de la herida. A pesar de lo tenso de la situación, él no había decaído, ni mostrado signos de ir a derrumbarse. Las únicas palabras que había dicho hasta ahora, habían sido para explicar que lo que tenía su hermana era una herida de bala y que había comprobado que no tenía orificio de salida. Nada más.

El Barón Von Strucker había sido encerrado en una sala de máxima seguridad, para ser tenazmente interrogado más tarde. Los únicos culpables de qué estuviera allí eran los Gemelos y ambos equipos lo sabían y estaban ciertamente desconcertados por ello. Todos habían dado por sentado que Strucker moriría a manos de los hermanos.

Un pitido salió de la máquina, cómo el ruido que hace el microondas o el horno al terminar de asarse algo. La Doctora Cho se acercó apresuradamente con unos guantes de látex ya puestos y comprobó el costado de Wanda. En la mirada del chico Maximoff había algo indescriptible.

-¿Qué sucede?

-Sucede que tu hermana se va a recuperar por completo muy pronto. El Regenerador de tejido ha hecho su trabajo mejor que nunca y estará cómo una rosa en menos de un día.- La Doctora Cho quitó las manos de la paciente y centró sus ojos en el muchacho de cabello plateado.- Necesita descansar, y dormir, sobre todo necesita dormir. Se lo diré a Stark para llevarla a una habitación.

-Está bien. Doctora....

-¿Sí?

-Muchas gracias.

-Ha sido un placer.

Cho salió para dirigirse a los héroes mientras se quitaba los guantes y los tiraba a una papelera junto a la puerta. No les dio tiempo a preguntar.

-Está bien. Pero necesita reposo y una cama cómoda en la cual hacerlo.

-Si, no hay problema. Jarvis.

-¿Si Señor Stark?

-Ordena que preparen una habitación de invitados con dos camas para los Maximoff.

-En seguida Señor Stark.

-Solucionado. ¿Algo más?

-Sí. No sé si Bruce os lo ha dicho, pero la bala era del calibre de Hydra.- Cho suspiró sonoramente.- No tengo más que decir, dejad descansar a la chica y no atosiguéis al hermano, parece que ya ha tenido bastante presión encima.

Peter Quill: historia de un forajido. #ChrisPrattAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora