Peter Quill: historia de un forajido. #ChrisPrattAwards

Capítulo 13 (parte 2)

A Peter le llevó unos segundos reaccionar ante lo que acababa de ver. ¿Y qué acababa de ver? A Kendra, con un tío con el brazo vendado, bastante atractivo, que la había tratado muy....cariñosamente. Claramente, no besas así a una amiga, por no mencionar que ella parecía de todo menos incómoda, incluso le pareció ver que le devolvía el gesto en el cuello. Y la forma de él de acariciar su mejilla y de mirarla....Evidentemente no era un simple conocido. Aquella sensación de incomodidad ante que una mujer estuviera con otro hombre le asaltó por sorpresa. Estaba muy seguro de que no eran celos, simplemente, pura confusión. Parecía que su relación estaba avanzando con ella, lo cual le resultaba bastante nuevo, ya que no era de los que tenían relaciones largas ni estables, pero con ella funcionaba. Y creía que estaba siendo correspondido. Kendra nunca había sido muy abierta, ni siquiera cuando eran críos, pero de ahí a que le hubiera ocultado que tenía novio...No, no podía pensar eso, ella no era así y él lo sabía. Sería un muy buen amigo y punto. Y además, ¿qué le importaba realmente a él? No eran nada oficial, se habían besado varias veces, Peter también había besado y hecho otras cosas con otras mujeres y nunca se estableció nada. No tenía derecho a nada y aunque tuvieran una relación, seguiría sin tener derecho a nada. Suspirando, decidió darse la vuelta y bajar a la Milano. Una vez allí, trasteó con varias piezas electrónicas hasta recomponer lo que parecía un wallman.

Kendra soltó un gemido de placer cuando el agua refrescante de la ducha cayó sobre ella. Se había envuelto los brazos con film transparente para que el vendaje siguiera seco, por lo que no tenía que tener cuidado con ello. Cuando llegó a la habitación, sólo se encontró con Clary, quien le informó, tras un fuerte abrazo, que el Capitán Rogers quería hablar con ella. Asintió sonriéndole. Sabía la clase de conversación que le esperaba, por lo que decidió relajarse primero. Se puso ropa limpia, se recogió el pelo en un moño desordenado y se encaminó hacia la sala de reuniones buscándole. Llamó a la puerta un par de veces y tras un "adelante", el Capitán América la recibió con un asentimiento de cabeza. De inmediato Kendra se dio cuenta de que no se sentía cómodo en esa habitación. Tenía los hombros tensos y a pesar de estar sentado en la silla presidencial, parecía querer alejarse todo lo posible de los papeles que se encontraban sobre la mesa de cristal. . Ocupó la silla que había a su derecha, entrelazó las manos sobre la mesa y esperó. Steve suspiró e inclinándose imitó su postura. Clavó una intensa mirada en ella.

-No voy a echarte una charla, ni voy a recriminarte por nada ni pienso discutir contigo, quiero dejarlo claro. Pero necesito que me expliques unas cuantas cosas. También les he pedido explicaciones a Nat y a Clint y con ellos hablaré más tarde. ¿De acuerdo?

-Sí, Capitán.

-En realidad, supongo que sólo quiero saber una cosa.

-¿En serio?- él asintió, ligeramente ensimismado en sus pensamientos.

-La verdad, es que había pensado preguntarte sobre Quill, pero le he estado dando vueltas y creo que no es asunto mío. Pero, me alegra que hayas recuperado a un viejo amigo, es un buen hombre.

Kendra le dedico una sonrisa torcida, asintiendo con la cabeza.

-Gracias Steve. Y de todos modos, puedes preguntar lo que quieras, sobre....lo que sea. Estás en tu derecho de pedir explicaciones y sinceramente, prefiero que seas tú a Tony.

-Lo tendré en cuenta. Ahora, con respecto a lo que dijo Mikaela sobre lo que hiciste en Shield....

-Perdí el control. Perdí el control hasta el punto de matar a cinco agentes inocentes....Dos de ellos tenían familia ¿sabes? Les mando un cheque todos los meses desde entonces.

El Capitán cogió aire, asumiendo lentamente sus palabras.

-¿Entonces es cierto que Shield te encerró?-Esa no era la pregunta que ella esperaba.