Capítulo 10

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"Escuchar que alguien hace cosas malas e intentar ignorarlo, te hace igualmente responsable de sus acciones. Contemplar cómo causa daño y no mover un solo dedo por evitarlo, te convierte en un monstruo"- Revelación.

El pitido del pequeño monitor que indicaba que el pulso de Mikaela estaba débil, era el único sonido en el Jet de los Vengadores.
Kendra se encontraba de brazos cruzados junto a la camilla. Miraba la pálida cara de la que tiempo atrás fue como una hermana mayor para ella, lo hacía sin expresión alguna en el rostro. Era como una estatua. Algunos ojos todavía seguían clavados en su persona, sobre todo los de Clint, Natasha y Hunter. Lance y Burton eran los que más cerca se encontraban de ella. El primero sentado a su izquierda y el segundo medio apoyado en uno de los bordes de las paredes de metal, todo debido a la preocupación por la reacción que había tenido su compañera ante todo aquella situación.

Todos estaban ya a punto de subir a las respectivas naves, cuando el chico Maximoff apareció de la nada anunciando que iban a necesitar una camilla. Unos cuatro minutos después, Peter Quill apareció con una mujer de aspecto asiático cogida en brazos y una Kendra bastante seria detrás. No había dicho ni una palabra desde que el jet había despegado. Llevaban ya casi una hora de vuelo, lo cual los dejaba a unos pocos minutos de la Torre y ella no se había movido del sitio. Si no fuera porque podía verse cómo su traje se elevaba en su pecho cada vez que cogía aire, habrían jurado que ni respiraba. Ninguno sabía quién era esa mujer, pero había quedado claro que era importante para ella. La buena noticia es que habían conseguido el cetro y esas piedras misteriosas. Banner había comenzado a inspeccionar los cristales por encima durante el viaje y Thor no se había apartado ni un segundo del cetro. Mac pilotaba. Pietro Maximoff se encontraba hablando, o bueno, más bien escuchando atentamente lo que quiera que fuese que le estuviera explicando el Capitán Rogers, asentía de vez en cuando con la cabeza y su expresión era seria y pensativa.

Hunter se levantó del asiento y se posicionó junto a ella imitando su postura. Clavó los ojos en la desconocida de la camilla. Lo primero que pensó es que era atractiva, lo segundo, que esperaba que se recuperase, porque fuese quien fuese, era alguien importante para su compañera. La miró durante unos segundos, continuaba sin haber ningún tipo de expresión en su rostro. Pensó que no había mucho que pudiera hacer, así que le pasó el brazo por los hombros atrayéndola hacia él y le dio un corto beso en el nacimiento del pelo. Acto seguido retomó su lugar en el asiento del jet.

Minutos más tarde llegaron a la Torre de los Vengadores. Un numeroso grupo de médicos liderados por la Doctora Cho rodeó la camilla y rápidamente la sacaron del Jet para llevarla a un lugar desconocido tras las puertas del ascensor. Kendra permaneció totalmente quieta durante unos segundos, mirando esa puerta con el ceño fruncido. Una voz marcada por un fuerte acento rompió el silencio.

-Parece fuerte. Aguantará, igual que hizo mi hermana.- Miró al chico Maximoff con unos ojos muy abiertos, él por su parte parecía serio. Hizo un gesto de cabeza en dirección a las puertas.- ¿Es familia tuya?

-No de sangre, pero sí.- Él asintió, le dedicó una mirada que esperaba que interpretase como un gesto de apoyo y desapareció a la velocidad de una bala. Ella tomó una dirección diferente, hacia la sala de entrenamiento. Necesitaba hacer algo. Lo último que quería era quedarse en la habitación o en un lugar donde todos continuaran mirándola de la manera en la que lo habían hecho.

Lo primero que hizo Peter al bajar de la Milano fue preguntarle a Steve cómo estaba la amiga de Kendra y la propia Kendra.

-Su amiga está en el quirófano, Cho no nos ha dicho mucho más. Y Kendra.....no se cómo expresar su comportamiento, pero parece bastante afectada por esto. ¿Cuándo la encontrasteis dijo quién era esa mujer?

Peter Quill: historia de un forajido. #ChrisPrattAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora