9

325 39 17
                                    

—¿Terminaste de comer?

Nos encontrábamos en un restaurante cercano al acuario, Jouta comía su desayuno con mucho desespero tal vez con la intención de ir a ver a los "amigos" acuáticos de Noriaki. Tanto él como yo ya habíamos terminado con nuestros respectivos platos. Los dejamos a un lado y platicamos sobre nuestro itinerario a seguir mientras tomábamos nuestras bebidas.
En primera iríamos a el acuario que era lo más importante para Jouta, después caminariamos por el centro de Sendai y terminaríamos el día yendo a la galería que Noriaki quería visitar.

—Jotaro, Sabes que no soy amigo de los delfines, ¿Cierto?.

Noriaki se puso a mi lado y susurró para evitar romper las esperanzas del pequeño.

—Por supuesto que lo sé, ni yo soy capaz de hacerme su amigo a pesar de que adoro el mar.

—Hablando de eso, ¿No se ha comunicado contigo la señora esa?.

—No sé qué relación tiene uno con otro pero hablemos después de ello no quiero que mi día se vea opacado por el tema.

—No te vas a escapar de mi.

Vi a Kakyoin doblando su brazo como si quisiera demostrarme su fuerza, después dejó de jugar para pasar la servilleta por los labios de Jouta y darle su jugo en cuanto terminó la comida en el plato.

Noli, ¿Vamos?.

—Claro pequeño, dejemos que tu padre pague.

Noriaki tomó la gorra de Jouta, después su bolso y cámara. Me habían dejado, aún tenia la mitad de mi expreso doble, ellos eran como aspiradoras que no habían dejado nada sobre el plato. Me apresuré a terminar aunque termine quemando mi garganta con lo caliente del café.
Al final lo dejé sobre la mesa y fui rápido a pagar para tratar de alcanzarlos, sin embargo, no los pude localizar por ningún lado.

Decidí encaminarme al acuario y al comprar mi entrada fui directamente a la zona donde estaban los delfines, fue cuando los vi, Noriaki agachado a la altura de Jouta, con una mano sobre sus hombros y una amplia sonrisa en los labios de ambos. Jouta besó la mejilla de Noriaki y él simplemente lo levantó en brazos para continuar con su recorrido.

Debía admitir que fue una escena muy conmovedora, la confianza que ambos se tenian y el cariño con el que se trataban me decía que Noriaki era en verdad una buena persona y más si había logrado que Jouta lo aceptara.

De alguna manera mi corazón latía era una extraña sensación que llevaba escondida desde hace mucho tiempo. Podría engañar a mi cerebro pero sabía que nunca lo haría con mi corazón. Él me decía que estaba feliz por el momento y mis pensamientos extrañamente estaban de acuerdo.

Los seguí con una distancia prudente, hasta que se volvieron a detener en un estanque llenos de peces de distintas especies y tamaños. Noriaki se giro a buscarme y en cuanto me vio me hizo una seña para que me acercara a ellos.

—Jotaro ¿Que pez es ese?

—Es un Pargo

—Uhmn ¿Y ese?.

—Ese es un Aligote

—¿Y ese chiquitito de allá?.

—Es un Boquerón

Pregunto por otros peces más hasta que mi paciencia comenzó a perderse.

—¿Y eshe papá?.

—Si tanto te interesa estudialos tú.

—¡Jotaro!, si no nos querías decir era suficiente que lo mencionaras. No le hables así al niño.

Con las palabras de Kakyoin pude notar que la última pregunta fue de mi hijo, lo tomé en brazos y le di un beso en la mejilla para después darle palmaditas en su espalda.

—Perdóname monstruo, pensé que era Nori. Ese pez es un sargo.

—Jotaro, si te molesta que te pregunte no lo vuelvo a hacer.

—Para nada Noriaki, no me molesta.

Kakyoin frunció el ceño, cruzó sus brazos y sus ojos brillaban posiblemente de enojo. Pasé mi dedo por su frente tratando de deshacer las líneas que se creaban. Al principio lo vi como relajaba el gesto para después volver a fruncirlo, otra vez puse mi dedo sobre su frente, su risa comenzó a brotar haciendo que yo también levantará la comisura de mis labios.
Bajé mi mano y piqué su mejilla, piqué la punta de su nariz y regresé mi mano a su lugar.

La vergüenza me llegó de golpe y tal parece que Noriaki también pues sus mejillas se volvieron rojas, carraspé y tomé Jouta de la mano para continuar viendo las distintas especies. Noriaki caminaba detrás de nosotros en silencio.

Al final de nuestro recorrido por el acuario terminamos yendo a la tienda de regalos en donde Jouta tomó un pequeño delfín de peluche. Noriaki veía unas pulseras a juego, ambas tenían un pequeño corazón formado por dos delfines, una roja y otra azul. Las tomó y con ellas un pin con la misma forma, mientras Jouta veía los juguetes vi a Nori dirigirse a la caja y pagar sus regalos, probablemente eran para él y Rohan, pero no estaba dispuesto a preguntarle por eso. Después me dirigí a pagar lo nuestro para posteriormente salir de la tienda y dirigirnos a la galería.

Por el camino nos paramos en varios puestos, probamos dulces típicos y compramos más cosas para llevarnos a Morioh, cuando llegamos al lugar no había gente, cosa que nos permitió apreciar con mayor claridad las obras.

Pude notar como Noriaki se detenía más en las que estaban llenas de figuras abstractas, fruncia el ceño, como si quisiera darle un sentido, su propia interpretación.
Por su parte Jouta ponía atención a los paisajes, a las noches estrelladas y a los bosques solitarios, quería pasar sus manitas por las amapolas pintadas en una serie de cuadros, claro que no se lo permití, pero se veía tan concentrado con sus dedos alzados como si quisiera alcanzarla.

Había sido una grata experiencia, terminábamos nuestro recorrido de un día, al día siguiente partiríamos de nuevo a nuestras vidas habituales.

No me arrepentía del viaje.



☘🏵☘🏵☘🏵☘🏵☘🏵☘🏵☘🏵☘

Hola, hola

Ya salí de vacaciones, espero darle continuidad a la historia (perdón la tengo muy abandonada)

Muchas gracias por seguir conmigo y mi cliché.

Banco de críticas aquí jasjajsjajsj

Tears (JotaKak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora