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—Señor, su orden de restricción ha procedido. Sin embargo la de su hijo aún está en proceso pues el juez ha dictaminado que es el hijo en común.

—Pero aún no puedo traer a mi hijo aquí. Se encuentra fuera del país con sus abuelos.

—El jurado pidió que se hiciera una valoración psicológica para ver si es posible el alejamiento que usted como padre y tutor solicita.

—¿Cuanto tiempo se debe esperar para tener una respuesta?. Nosotros no podemos esperar más.

—Es entendible señor pero mientras más rápido regrese el niño usted va a poder tener la orden con mayor rapidez.

El miedo me recorría por el cuerpo, si Marie salía podría llevarse al niño lejos y es lo que más temía. Estar separado de mi hijo no era una opción. Quería tener a Noriaki a mi lado en lo que sería nuestra casa con un Jouta feliz corriendo por los jardines, posiblemente con una pequeña dando sus primeros pasos.

Pero la realidad volvió a mi, los ojos se me llenaban de lagrimas, ese sueño se podría verse opacado. Tal vez nunca compartiriamos una casa, tal vez me hundiría en la miseria si Jouta no creciera a mi lado, en un ambiente sano y con unas personas que realmente lo amarán.

—¿Cuando podría traer al menor?.

—Pasado mañana, por favor permitame ir personalmente por él. En cuanto regresemos lo traeré a los juzgados.

El abogado asintió, se despidió y me dio la espalda para continuar con el papeleo necesario. Salí del lugar y me dirigí a la casa de Noriaki. Necesitaba un abrazo y un "todo esta bien" para continuar con el problema.

Aún no podría reincorporarme a clases y honestamente era lo que menos me preocupaba, ahora tenia que encontrar los boletos más rápidos para ir a Londres y recoger a Jouta. Tal vez era el momento de que Noriaki conociera a mi familia.

Al llegar a su casa noté que era muy temprano para que estuviera en ella, además probablemente iría a pasar tiempo de calidad con la Bebé, por lo que tomé asiento en uno de los escalones y comencé a revisar la galería de mi celular con las pocas fotos que se encontraba en él.

Había una foto de Jouta recién nacido, con una mota de cabello negro cubriendo su pequeño rostro, después una en donde mi abuela tomando el brazo de mi abuelo y sonriendo a la cámara. Una más de Jouta con sus manos entrelazadas con las mías. La última me tomó por sorpresa, nos encontrábamos Jouta y yo dormidos en su pequeña cama, lo tenía encima mío y mis brazos rodeaban su pequeño cuerpo. Probablemente Noriaki la había tomado.

Una lágrima corrió por mi mejilla y un beso me cayó sobre la frente.

Noriaki había llegado y sus brazos se colgaron de mis hombros mientras se arrodillaba a mi costado.

—Usted Profesor Kujo puede con esto más, es una persona muy fuerte y seremos capaces de afrontarlo.

—Noriaki, ¿No has pensado en que soy una persona con una vida muy complicada?. No creo que es lo que mereces vivir.

—Tal vez no Jotaro, pero mi corazón estará listo para curar tus heridas. Eres el mejor padre que he conocido y Jouta al niño al que más he amado. No me arrepentiré de elegirlos.

Un beso más sobre mi mejilla, para después abalanzarme sobre él, labios con labios, probablemente todo aquel que nos viera lo haría con desaprobación pero poco me importaba.

Lo levanté con sus piernas enredadas en mi cadera y le pedí las llaves de su hogar.

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El avión a Londres desde Tokio acababa de despegar, Kakyoin estaba recostado sobre mi hombro mientras veía su celular, leía el material de clase que les había dado a sus alumnos y de vez en cuando me preguntaba que opinaba respecto a los trabajos. Después continuo hasta que sus ojos se cerraron debido al cansancio.

Apoye mis manos sobre sus piernas y dormí a su lado hasta que era otra de transbordar, al ser el vuelo más rápido que encontramos nos vimos en la necesidad de solo llevar una maleta compartida, aunque honestamente eso no me molestaba.

Kakyoin estaba nervioso por conocer a mi familia, si bien ya había entablado conversaciones con mi madre, el estar en la misma habitación que ellos probablemente le sería incómodo. Mi mamá era una persona difícil de tratar.

Cuatro horas más de vuelo y después aterrizamos en el Aeropuerto Internacional de Londres. Noriaki aferraba su mano a la mía mientras esperábamos nuestras maletas y salíamos por la puerta de arribo.

Mi madre corrió hacia nosotros, yo abrí mis brazos pero fue directo a colgarse de Kakyoin mientras lo tomaba de la cara para verlo bien. Mi abuelo estaba parado con Jouta de la mano que me decía hola con una gran sonrisa y lágrimas cayendo por su rostro.
Dejé atrás a los demás para llegar directamente con mi niño y ponerme a su altura para darle un abrazo lleno de cariño.

Tal vez podríamos hacer mi sueño realidad después de todo.


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Como se podrán dar cuenta, la historia va cada vez más a una narrativa dirigida hacia el final.
Muchísimas gracias por todo ❣️✨️

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Tears (JotaKak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora