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Maldito sea quien inventó el despertador, comenzaba a odiar el sonido constante de esa cosa tratando de despertarme cada mañana.
Jouta tenía el sueño pesado, a pesar de todo el ruido que generaba el aparato no había poder humano que lo despertara. El niño tenía su propio cuarto pero era común que por las noches se infiltrara al mío con todo y cobija en mano.
Ya era una costumbre despertar con el pie del monstruo en mi cara.

Tenía que llegar temprano a la escuela, el inicio de los exámenes me hacía mucha ilusión, el estar viendo a los estudiantes contestar un examen con el que probablemente dirán que vienen temas nunca vistos en clase era algo que llevaba esperando desde que terminaron el primer parcial.

La academia de biología había intentado hacer el examen más difícil posible, claro, el único miembro de la academia era yo.
Los temas eran varios, se incluían los reinos, los niveles de organismos, una que otra pregunta sobre biólogos que vimos o mencioné en clases, cosas sencillas pero que probablemente no recordarían, después de todo había hecho un buen trabajo.

—Jouta corre que llego tarde.

—Estoy coliendo.

—Claro que no, no veo tus piernas correr. Anda tenemos que llegar temprano a tu escuela.

—¿Noli?

—El profesor Kakyoin vendrá por ti, te portas bien yo llegaré un poco más tarde a casa. ¿Entendido?.

—Entendido.

—Ahora vamos que llegamos tarde.

Lo cargué como un pequeño costal de papas y después corrí con mi maletín en mano y el monstruo en brazos. Cuando llegué a su escuela lo dejé con su maestra y me despedí de él.

Al entrar al instituto me apresuré a entrar al salón y me sorprendió ver todos los mocosos ya dentro, no había nadie con retraso, honestamente me sentí un poco desilusionado.

Los exámenes de las diez materias se dividirían entre los días de la semana, por ejemplo, hoy se aplicarían tres: Matemáticas, Literatura y Biología.
El primero en aplicar en todos los salones de tercero sería Matemáticas, después de un descanso se aplica el de la siguiente materia.

El sonido de la campana hizo que todos dejaran de platicar y fueran directo a sus respectivas mesas, pude ver a Josuke aún con sus notas sobre el mesabanco, con las manos en su cabeza y la vista enfocada en su nada sofisticada letra, como si intentará memorizar todo con tan solo verlo.

—Muy bien jóvenes, tengo sus exámenes en mano. Pasaré por sus lugares y quiero que no haya nada en sus bancos. Cualquier papel o nota que encuentre quitare el derecho a examen.

Yo también había sido estudiante, conocía las diferentes formas de guardar un acordeón. Primero revisé que en los pupitres no hubiera notas, después sus lápices y gomas, al final sus manos y mangas. Cuando confirme que todo estaba en orden les di su examen y su hoja de respuestas.

—Tienen cinquenta minutos para hacer su examen, de acuerdo a las indicaciones no pueden usar calculadora, pero pueden pedirme una hoja por si la necesitan. Iré a su lugar personalmente a dárselas. Si necesitan algo levanten la mano.

Todos mis pequeños estudiantes estuvieron en silencio total, incluso Okuyasu se veía concentrado contando con su dedos. Poco a poco fueron levantando sus manos para señalarme que ya habían terminado. Los dejé salir en lo que comenzaba la segunda ronda.
El último en quedarse fue Josuke, se encontraba con la manos cruzadas y apoyando su frente en estas.

Me dio curiosidad y fui a ver su examen, estaba en la última pregunta, era una ecuación de segundo grado tan sencilla que no comprendía el por que estaba tan estresado, tenía una hoja llena de borrones y con números por doquier.
Puse especial atención en el ejercicio que tenia debajo del lápiz. El muy tonto no había seguido la ley de los signos. Me alejé un poco de él y solté un comentario nada sutil.

—Un pez negativo por un pez negativo dan pecesitos positivos.

Josuke se me quedo viendo como si estuviera loco, tosí un poco e ignoré su mirada.

—Higashikata te quedan cinco minutos.

Volvió a ver su examen y pareció entender mi comentario. Lo escuché susurrar sobre lo tonto que estaba, lo confirmé asintiendo en la cabeza.
Cinco minutos después tenía su mano levantada y el examen por entregar.

—Josuke quédate en tu lugar, esta por comenzar el examen de Literatura.

Lo vi levantarse y estirar sus brazos, después vi como Okuyasu le preguntaba sobre su examen y el mismo decía que no había podido contestar algunas.
Por lo menos Higashikata no dejó nada en blanco.

—Ya, ya sabemos que no pueden ni contestar una ecuación de segundo grado. Ahora regresen a sus asientos que sigue el examen de Literatura. Misma dinámica, tienen 50 minutos, cuando terminen levantan su mano y se retiran.

Volví a revisar sus bancos, manos, mangas y su material. El examen de Literatura era corto, apenas 30 preguntas y con opción múltiple. El último alumno en entregar lo hizo 10 minutos antes de que se terminara el tiempo limite.

Había llegado el momento de mi examen.

Y estaba feliz por ello, mi examen era de 40 preguntas, estaba diseñado para que los alumnos lo hicieran en los 50 minutos que duraba, estaba incluso dispuesto a darles 10 minutos más.

Cuando regresaron los hice sentarse rápidamente, apenas dieron la orden comencé a checarlos por tercera vez y a entregar. Me sentía como niño con juguete nuevo.
Al darles la orden para que comenzarán pude ver su cara de decepción, una sonrisa comenzó a crecer en las comisuras de mis labios.

Llevaban ya 30 minutos de examen y aún no había persona que me pudiera entregar. Dieron 40 y aún había niños checando las preguntas de las primera página. Con 50 minutos se levantó la primera mano para entregar, los dejé 10 minutos más y comencé a recogerlos, algunos estaban incompletos, otros completos pero con borrones en la hoja de respuestas.

Salí del salón con una sonrisa en mi rostro, en camino a la sala de maestros me encontré con el profesor Kakyoin, me entregó los exámenes pertenecientes al grupo 3.

—Profesor Kujo, ¿Qué tanto puso en su examen?. Ni uno de los chicos pudo entregarlo en los 50 minutos.

—Puse lo que vimos en clase, nada que no estuviera en su plan de estudios.

—Por algo dicen que es un tirano.

Ese comentario en lugar de hacerme sentir mal me hizo estar orgulloso de mi.

—Es un honor, profesor.

Lo dejé en la puerta y fui directamente a revisar los exámenes. Nunca me había gustado tanto este trabajo.

Tears (JotaKak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora