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—Dije que además de grosero es irresponsable.

—No te equivoques, nunca he sido grosero contigo—. Hablé con toda la seguridad que pude, de alguna manera tenía que defenderme.

Kakyoin tenía el puño sobre la correa de su maletín, Jouta estaba agarrado de mi manga y no dejaba de ver lo que pasaba entre nosotros. La gente poco a poco se fue arremolinando a nuestro alrededor.

—¿Qué nos has sido grosero?, llevo literalmente dos días de conocerte y ya me has gritado más veces de las que mis propios padres lo han hecho.

Un jadeo colectivo llegó a mis oídos, no podía dejar que las cosas se quedaran así.

—Tu que andas de chismoso con tus amigos, te ganas a pulso que me caigas mal.

—A Kishibe no lo metas en esto, yo no le dije nada, fueron los mismos estudiantes quienes hablaron del profesor que abre puertas como un loco.

Sentí, un poco de vergüenza, solo un poco, después recordé que era imposible que el otro tipo se haya enterado por los alumnos, los dos eran maestros de Artes por lo que no podían tener los mismos grupos, que como sé que es de artes, mi sexto sentido me lo dijo.

—Que mentiroso es profesor Kakyoin, si los dos son profesores de la misma materia.

—Los chicos se pueden comunicar con los de otros salones pero si yo soy mentiroso, tú no dejas de ser un irresponsable.

—¿Pase de grosero a irresponsable?.

—Si, ya se lo había dicho.

—Que cambio tan drástico.

Me gustaba hacer enojar a las personas, sin embargo, el profesor Kakyoin era un hueso duro de roer.

—Diga lo que quiera, usted no debe soltar a un niño tan pequeño como él. ¿Sabe la cantidad de niños que son robados por irresponsabilidad de sus padres?.

—Pero es que tú no entiendes que yo solo estaba buscando el maldito cuento de el conejo y la tortuga.

Sus ojos de abrieron, y una risa extraña comenzó a salir de él, incluso el pequeño se contagió de ella.

—Es liebre.

—¿Qué?.

Entre risas el profesor Kakyoin repitió lo mismo, no entendía a que se refería.

—No es un conejo, es una liebre. Es el cuento de Esopo.

—Con razón no era capaz de encontrarlo.

Kakyoin suspiró, se calmó y después volvió a arremeter contra mí supuesta irresponsabilidad.

—Si el niño hubiera llegado con alguien más pudo ser peligroso, si no podía agarrarlo de la mano le hubiera pedido que se tomara de su gabardina en lo que usted buscaba el cuento.

—Bueno, independientemente de ello. ¿A ti por que te molesta como cuido a mi hijo?.

—Es que es sentido común que cuides a los niños y más si son así de pequeños, ¿Cuántos años tienes bebé?.

Jouta liberó mi manga y levantó cuatro dedos.

—Con más razón, el bebé tiene que estar a lado de usted en cualquier momento, aún es muy pequeño para que lo sueltes y no es pos...

—Si tanto te molesta como lo cuido, cuídalo tú.

El rostro del profesor Kakyoin pasó del desconcierto a la rabia, cruzó sus brazos y comenzó a negar.

—Es tú responsabilidad, yo solo emito mi opinión como ciudadano.

—¿Y eso que tiene que ver?, te pagaré si eres su niñero por las tardes.

—¿Usted no puede hacerlo?, incluso sale del trabajo más temprano que yo, es algo ilógico.

—Mi irresponsabilidad no me deja tiempo para cuidarlo.

—Profesor Kujo, no entiendo por qué actúa de una forma tan infantil.

Tal vez actuaba un poco infantil, pero quería molestarlo, sabía que no aceptaría y lo dije para que me dejara en paz.

—Entonces, ¿Dice que no a mi propuesta?.

—¿Por que diría que no?.

Incluso Jouta se quedó quieto, hace un momento me ponía excusas y ahora me intentaba decir que si, vi como sus ojos tenian cierta satisfacción en ellos, había jugado conmigo, es más lo seguía haciendo, podía sentir como su postura se volvía engreída, tocándose el cabello y casi limpiando un inexistente polvo de su hombro. Incluso se dio tiempo de verme de arriba a abajo.

—Pero hace un momento se había negado.

—Solo dije que no lo entendía, no que no lo aceptaba. Así que, pequeño seré tu niñero a partir de hoy, mi nombre es Noriaki Kakyoin. ¿Cuál es tú nombre mi niño?.

Jouta corrió hasta que quedar frente a él.

—Jouta Kujo.

—¡Que bonito nombre!, ahora, ¿De qué trata el cuento que quieres?.

Jouta tomó su mano y lo llevó de regreso a la biblioteca, yo me quedé viendo como mi propio hijo me había dado la espalda. Todo por que el profesor le habló bonito.
No tuve más remedio que seguirlos hasta la zona de niños, en donde Jouta trataba de explicarle el cuento.

—... Y una toltuga que caminaba muy lento y ganaba.

Sus bracitos me movían tratando de explicar la escena final del cuento.

—¡Oh!, Ya sé de qué cuento me hablas. ¿Es este?.

Tomó uno, en la portada tenía un dibujo en donde una libre y una tortuga cruzaban una línea de meta, Jouta comenzó a aplaudir y después abrazó el libro en su pecho.

—Espera Jouta, deja que lo pague.

Mi pequeño me dio el libro y fui a la caja, la señorita me vio de mala manera tal vez por todo el drama que armamos afuera de su tienda.
Envolvió el libro y me lo entrego con más fuerza de la necesaria, salí de la tienda lo más rápido que pude y encontré a Kakyoin con mi hijo agarrado de su mano.

—Profesor Kakyoin, creo que tenemos que hablar.

—Sé que tendrá mucho tiempo libre profesor, por fortuna el profesor Avdol necesita a una persona para ser asesor de segundo año.

—Dígame que no es el salón 1.

—Es el salón 1, ahora pequeño Jouta ¿Sabes dónde vives?.

Se fueron dejándome atrás, incluso iban en una dirección equivocada, parecía que no me libraría de él. Aceptaba había cometido un error.
No tenía más opción, mi orgullo era mayor como para decir que era una broma por lo que acepté al profesor Kakyoin como el niñero de mi hijo.


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Hola, hola 💓

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Tears (JotaKak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora