XII

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Durante veinte minutos del viaje un silencio se hizo presente, pero uno cómodo para ser honestos. El de rulos miró por el rabillo del ojo a su acompañante, este tenía su cabeza recostada en el asiento, estaba con los ojos cerrados.

-¿Vas dormido?.-quería asegurarse

-Sí, muy dormido.-el pequeño de ojos azules habló mientras aún tenía sus párpados cerrados

Harry pegó una pequeña risa y despegó su atención del frente por un segundo para ver al menor.

-¿Hace cuánto que no duermes?.-quiso saber

-He dormido bien.

-¿De verdad? es que te ves muy cansado, incluso más que yo.

El menor se puso recto, iba a hablar pero Harry detuvo el auto a mitad de la carretera.

-¿Por qué paras?

Harry le señaló hacia el frente, miró hacia allí. Estaba empezando a nevar, la primera nevada de la temporada.

-¿Conoces esa antigua leyenda sobre la primera nevada?

Louis negó con la cabeza

-La leyenda dice que si ves la primera nevada junto a la persona que está a tu lado.-ambos estaban mirándose-. Su amor se volverá verdadero y estarán juntos por siempre.

-¿En serio?--indagó, casi con una sonrisa en sus labios

-Sí, pero eso no pasará con nosotros, si tuviéramos algo lo nuestro no funcionaría, por lo cual esa leyenda no se cumplirá-aseguró

Louis no dijo nada pero se cruzó de brazos disgustado por lo que dijo Harry

«¡No!, no preguntes Louis y quédate callado. ¡Al carajo

-¿por qué estás seguro de que lo nuestro no funcionaría?-preguntó, en un tono un poco alto

-Excelente pregunta, es tan buena que no sé que responder

Louis le lanzó una mirada asesina, él tuvo que poner un gesto serio y apretar sus labios para evitar reír. Le gustaba ver enojado al pequeño y más si era por él.

Harry apartó la mirada y volvió a conducir. Louis recargó su espalda en el asiento y miró hacia afuera, prefirió no decir nada más, tenía claro que no le respondería. Treinta minutos después el menor se quedó profundamente dormido y es que aunque el quisiera no pudo evitarlo. Más tarde llegaron al pequeño pueblo en el que Harry se había estado ocultando.

Estacionó el auto frente a la cabaña, no era muy grande, tenía cuatro cuartos; la recamara principal, la sala, la cocina y un baño. No era lo mejor de lo mejor, ni tampoco se comparaba a su inmenso penthouse en el hotel, pero con tan sólo tener un techo ya se daba por bien servido.

Harry miró al menor durmiendo, no quería despertarlo así que bajó del auto, fue a abrir la puerta de la cabaña y luego volvió. Abrió la puerta del copiloto, se inclinó hacia abajo y tomó en sus brazos al pequeño cuerpo de Louis. Se puso recto, cerró la puerta del auto con ayuda de su cadera, luego empezó a caminar hacia adentro.

Al subir los escalones, que habían para llegar a la puerta de la entrada, Louis se removió un poco en sus brazos al sentir los copos de nieve caer en su rostro, pero no se despertó.

𝐃𝐨𝐬 𝐌𝐮𝐧𝐝𝐨𝐬: 𝐍𝐞𝐱𝐭 𝐋𝐞𝐯𝐞𝐥 [𝐋𝐒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora