Narradora Pov
Las clases de pociones no era ninguna dificultad para ella. Gracias a los conocimientos de Diana, la guardiana, podía realizar todas las actividades correspondientes sin algún problema; hasta podía hacerlo mucho mejor con la información trasmitida.
La hoya pequeña frente a ella burbujeaba de un color verde. Tomó la hoja que se encontraba a su lado junto a una pluma, para luego hacer una raya encima de la palabra del ingrediente utilizado.
Las que se encontraban presentes en el salón de clases la miraban con curiosidad. La mayoría estaba al tanto de que la Diana que se hallaba en la academia, no era la Diana que conocían. Sin embargo eran idénticas; tanto en comportamiento, pensamientos y físico.
La guardiana imitaba perfectamente a Cavendish. La directora no había dicho nada al respecto, ni siquiera las amigas y las profesoras. Todas la miraban, pero desde lejos. No obstante, una persona en particular se moría por dentro en hacerles muchas preguntas.
Croix quería saber cada detalle de cómo podía moverse entre los mundos; que magia utilizaba y cuanta cantidad o potencia necesitaba para eso.
Diana tenía una misión que llevar a cabo en ese mundo. Para algo, el Árbol la había enviado y le había pedido que intercambiara los roles con su otra persona. Ella esperaría y estaría atenta a cualquier cambio que ocurriera, puesto que, sinceramente no tenía idea de lo que exactamente debía hacer; le había mentido a la otra Diana con respeto a eso.
—He terminado —dijo cordialmente y levantó la mano para llamar la atención de la profesora Lucky.
Ella se acercó con una sonrisa y probó la poción en una planta para comprobar su efectividad. Los resultados fueron positivos y la maestra calificó su trabajo enseguida con un diez.
—Lo has hecho muy bien como siempre, Diana.
—Muchas gracias. ¿Me permite retirarme?
—Por supuesto.
Diana asintió en agradecimiento y abandonó el salón con miradas curiosas persiguiéndola hasta desaparecer. La guardiana ignoraba aquellos distintos ojos que deseaban dirigirle la palabra, pero que a la vez eran miedosos.
Los que más pasaba de largo, eran unos ojos rubíes que conocía a la perfección. «Atsuko Kagari, es su nombre», recordó mientras caminaba por los pasillos en busca de algo que le diera esa sensación que solamente ella podía presentir.
Sin embargo, luego de recorrer el primer piso de la academia en su primer día, no encontró nada más que estudiantes en el camino. Ella suspiró y se dio la vuelta para dirigirse al lugar donde llevaban a cabo sus hábitos alimenticios.
La Diana de ese mundo iba cada mañana, tarde y noche. No obstante, la guardiana únicamente iría en la tarde, ya que ella no necesitaba ingerir alimentos más de una vez. Además, que debía utilizar su magia para ingresar dichos alimentos que la mantendrían con energía.
Su comida era distinta a los de los humanos. Ella no era humana; eso era obvio.
Al llegar, siguió el protocolo y las acciones que llevaba Diana a cabo: agarró una bandeja, hizo la fila, esperó que le sirvieran y tomó asiento en una de las mesas. Ella miró los alimentos servidos y con un simple hechizo que realizó chasqueando sutilmente sus dedos debajo de la mesa, le añadió a la manzana y a los demás, los ingredientes que consumía.
La guardiana limpió sus manos con una servilleta y agarró los cubiertos con agilidad y elegancia. En el momento que llevó a su boca un pedazo de carne cortada, observó a un grupo de ocho personas acercarse a su dirección.
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Bosque Mágico (Diakko♥)
Romance¿Alguna vez deseaste conocer que hay más allá de lo desconocido? ¿No has tenido al menos un mínimo interés en comprobar esos antiguos rumores de las personas? ¿Quieres conocer ese mundo mágico del que todos hablaban, pero que nadie ha podido ve...