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''Magia''

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Narradora Pov

Las miradas estaban conectadas. La castaña no había cambiado su expresión de molestia desde que llegó. Sus brazos se encontraban cruzados y su ceño fruncido esperando a que dijera algo el ser que tenía en frente. En cambio, Diana sólo la observaba con atención no inmutándose por su gesto, sin embargo, cuando sintió a la castaña cerca del muro no demoró en sentir un gran alivio.

Ella poseía algo especial que necesitaba y debía cuidarlo: como se lo había encomendado el Árbol. No obstante, al ser una humana su confianza era casi nula. Diana no confiaba en la castaña, aunque, la mencionada, hubiera demostrado todo lo contrario.

La niña estaba obsesionada con las cosas mágicas; le maravillaba hablar de ello y contarle cuentos escritos por otros humanos.

—Tres semanas y cuatro días —habló Akko, provocando que Diana levantara una ceja. La castaña suspiró y dejó caer sus brazos al ver esa reacción de su parte—. Me lastimaste —dijo levantando su mano derecha sin la venda.

Diana miró de reojo encontrando una marca de quemadura y una línea cicatrizada. Ella lo recordaba y no sentía nada de culpa. Lo que había pasado pasó. Además, su prioridad era el Árbol, no la niña que se encontraba frente a sus ojos mirándola con molestia.

Sin embargo, nuevamente recalcó en su cabeza que, lo que poseía era algo importante y la llenaba un poco de esperanza; no obstante estaba consciente de que no se dejaría llevar por eso.

Después de todo, ella seguía siendo débil; los humanos eran débil ante sus ojos azules.

—Mis disculpas —dijo con normalidad.

Akko levantó una ceja y permaneció mirándola unos segundos más. Sus mejillas se ruborizaron y tosió ligeramente al sentir el calor emanar en esa zona.

—No importa. ¿Algo sucedió?

Diana negó con la cabeza.

—¿Entonces por qué...?

—Cosas inevitables —soltó interrumpiéndola.

Akko la miró con confusión. «¿Entonces que fue esa sensación?»

—¿No eras la que controlaba... todo eso?

Diana negó sutilmente con la cabeza. En gran parte ella mandaba, pero el Árbol era lo que mantenía con vida el lugar; sin el Árbol no era nadie. Y, ahora, se encontraba falleciendo lentamente.

Ella no lo protegió como se lo habían encomendado; había cometido un error muy grande que cargaba aún con el peso de la culpa en sus hombros.

Akko asintió y sobó de manera nerviosa su brazo izquierdo.

—Hiciste magia... —susurró provocando que Diana nuevamente alzara una ceja—. El remolino de hojas —recordó.

La expresión de Diana no cambió, pero su mirada se desvió al escuchar el cantar de una de los Actus; mejor conocidos como: Pájaros, en la tierra de los humanos. Sin embargo estos tenían una diferencia bastante enorme en la apariencia; no obstante el canto y el sonido eran casi similar.

—¿Puedes hacer más magia fuera del muro? —le preguntó un poco ilusionada de poder verla.

Diana la miró nuevamente y tomó asiento en el césped que la castaña no veía. Seguidamente cerró sus parpados y juntó sus manos entre sus piernas. Akko la observó confusa, pero curiosa y maravillada. La guardiana era hermosa en cualquier ángulo. Verla hacía que su corazón latiera tiernamente en su pecho.

Bosque Mágico (Diakko♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora