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''Comportamientos diferentes''

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Narradora Pov

—¡Buenos días, señorita Finnelan!

—¡Kagari! ¡¿A dónde vas con tanta prisa?!

La pequeña, sonrió levantando sus hombros, mientras caminaba de espaldas.

—Ya sabe, a leer un poco —respondió en un tono divertido.

—¡Cielo santo! —exclamó exasperada la señora, cargando una canasta de pan—. Al menos no corras, podrías lastimarte.

—¡Está bien! ¡Hasta luego! —dijo animada agitando su mano derecha en el aire en forma de despedida.

Y, nuevamente, la niña empezó a correr en dirección a la biblioteca.

—Estos niños... —murmuró mirando a la pequeña hasta perderla de vista, para después, continuar con su labor.

Era un día soleado, y las personas aún continuaban vendiendo sus productos con total normalidad. Algunas veces, la niña de cabello castaño, ojos rubíes con la sonrisa más encantadora y soñadora que alguna persona pudo haber tenido, visitaba el hogar del padre de su amiga, Constanze.

A ella le encantaba contemplar el procedimiento de las creaciones de esos relojes y cajas musicales que poseían una hermosa muñeca en el centro, como decorativo, que giraba al compás de la melodía. También le gustaba observar la producción artesanal de diferentes comerciantes, pero sólo había podido ver de cerca el proceso de uno, puesto que, el dueño era amigo de su padre y actualmente no se llevaban muy bien.

Evidentemente ese problema que tuvieron no la incluía, sin embargo, al ser hija del hombre que más odiaba en todo el pueblo, lo hacía complicado, o así lo veía ella. Su padre le había repetido que no vaya a su pequeña fabrica por varias razones que nunca decía, pero que siempre hablaba con un tono que daba a entender el "peligro" que corría.

Las veces que había ido el señor la trataba con mucha amabilidad. Además, su hijo de cabello castaño igual que el suyo siempre le daba unos panes muy sabrosos recién hechos.

El niño tenía su misma edad. Era tímido, gracioso y divertido cuando entraba en confianza, no obstante, su señor padre lo regañaba muy a menudo por lo temeroso que era, ya que se la pasaba la mayoría del tiempo encerrado en casa con miedo a salir. Su primera amiga fue la niña de ojos carmesí que actualmente no había visitado su hogar para ver las artesanías desde hace un par de días.

Ella, se encontraba cerca de la biblioteca con una manzana que le fue regalada por la Sra. Pisces, al topársela en el camino; lo mismo que ocurrió con la Sra. Finnelan, pero ella no le dio ninguna rebanada de pan.

La emoción que contenía al querer llegar a su destino lo más rápido posible, la había visto más de una persona que la saludaron con cortesía cuando la vieron pasar.

Al llegar, abrió la puerta haciendo sonar el tintineo de la campana que daba la seguridad de que alguien había ingresado.

—Bienvenida, Akko —dijo una señora mayor de aproximadamente cincuenta años al verla.

—Buenas tardes, Sra. Holbrook. ¿Cómo ha estado?

—Bien. Muy bien, ¿y tú? No has venido el día de ayer. Te perdiste la continuación de la historia.

—Estuve ayudando a mi papá. ¿Crees que pueda darme ese libro? Lo devolveré cuando acabe.

—Como siempre una niña responsable, aunque te estás convirtiendo en alguien... incontrolable.

Bosque Mágico (Diakko♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora