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"Nuevos visitantes"

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Narradora Pov

—Hola... ¿Qué haces aquí? —saludó confusa Akko a la persona de cabello pelinegro que se encontraba en su hogar.

—Vengo a hablar con tu hermana.

Akko sonrió y la tomó por los hombros.

—¿Si sabes que a mi hermana le gustan los hombres? ¿verdad? —dijo en un tono que solamente su amiga pudiera escucharla.

—¿No hay una oportunidad que tenga?

Akko hizo una mueca y tomó distancia.

—No lo creo, pero buena suerte intentando.

Antes que saliera de su hogar, Barbara, habló.

—Salúdame a tu padre de mi parte.

—Lo haré.

Una vez fuera empezó a caminar con tranquilidad en dirección a la casa de la Sra. Du Nord. En ese día había quedado en tener otra de las amigables conversaciones que llevaban a cabo. Akko tenía pensado en conversarle acerca de lo ocurrido en su hogar hace muchos años atrás. Por si mal no recordaba su hermana, Amanda, había tomado las petunias de la Sra. Du Nord para cambiar la tonalidad de su cabello. Tal vez había sido la madre de ésta, puesto que, Chariot no tenía tanto tiempo en el pueblo.

Recordando a su hermana, su padre le había conversado un poco del tema. Él envió una carta hace aproximadamente dos semanas y, hasta el momento, no había recibido alguna respuesta. Johan estaba preocupado y lo demostraba a través la inquietud que tenía en su pierna derecha cada vez que tomaba asiento.

Luego de anunciar el embarazo, él no perdió alguna comunicación e intentaba mantenerla, puesto que, era complicado enviar cartas a un sitio poco lejos. El negocio de correos tampoco era muy bueno. Johan no quería imaginarse el tiempo que les tomaría hacer una entrega a un lugar que tomara días en llegar. Y no dudaba de que habían personas en ese pueblo que tuvieran parientes lejanos.

En el sitio donde habitaba con otros más, habían llegado nuevos que compraron terrenos y empezaron a construir sus hogares. Algunos aún estaban en proceso, pero no tardarían mucho en acabar. Las viejas personas que estuvieron antes, los recibían con amabilidad demostrando lo pacífico y cooperativos que eran.

Akko había ayudado. Y muchos se encantaron de la belleza y la felicidad que trasmitía. Algunos se habían acercado a darle propuestas que parecían buenas, pero que, en realidad, no lo eran para ella. Tener a una pareja o a un marido, no le gustaba para nada. Sin embargo, imaginarlo con la guardiana era diferente.

Había pasado un año más. En total llevaba dos conociendo el bosque. Siempre le resultaba maravilloso cada vez que ingresaba. Le encantaba demasiado permanecer a lado de Diana mientras hablaban de distintos temas que eran de interés para la protectora. Diana había estado un poco más amable después de aquella conversación donde sus emociones explotaron. Ahora media sus palabras e intentaba no decirle algo que le afectara, no obstante, a Akko no le gustaba del todo.

Quería que la guardiana fuera sincera en cada conversación tuvieran, pero cuando lo era, no contenía el mal estar que le causaban los humanos. Aunque se expresaba con tranquilidad, sus palabras eran como el hielo. Algunas veces refrescaban y otras veces quemaban dejándote una herida.

Akko sonrió ligeramente y se ruborizó con sutileza al recordar el poco acercamiento que había tenido con Diana. Ella no dejaba que se le acercara mucho, pero sus manos lo hacían en pocas ocasiones. «Son suaves... y frías». Le gustaba el tacto; le gustaba poder sentirla al menos de esa manera.

Bosque Mágico (Diakko♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora