Bosque Mágico (Diakko♥)

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"Cree en mis palabras"

Parte 1

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Narradora Pov

En un bosque mágico donde cualquiera cosa podía llegar a hacerse realidad, estaba un ser que era considerado como el guardián del lugar. Éste se encontraba en un habitad arenoso que era ambientado por pequeñas criaturas territoriales. Los remolinos creados de arena no la dejaban ver con claridad, y el hechizo hecho previamente evitaba resultar lastimada de los animalitos.

Cuando llegó al centro sintió la única plataforma de roca en sus pies, y con un movimiento ligero que hizo con su mano derecha, cesó por completo la tormenta de arena. La barrera fue quitada y una piedra salió lentamente del suelo.

La guardiana observó su entorno esperando sentir las miradas de las pequeñas criaturas como la otra vez, sin embargo, se extrañó al notarlas temblar y alejarse rápidamente del lugar. Ella no iba a dejar desapercibido lo visto y, rápidamente colocó la palma de su mano en la piedra convocando unos muros de arena que salieron del suelo; en espera de verlos a todos.

Los contó. Una y otra vez. Y en total habían cinco. Otro grande espíritu cautivo del bosque, se había liberado de sus cadenas. Y, para mala fortuna de la guardiana, no era uno cualquiera.

El espíritu más fuerte conocido, no estaba en su sitio. El ceño de Diana se frunció, y con prisa volvió al Árbol en busca de una respuesta de su paradero. «¿Dónde está?», se preguntó. El Árbol extendió una de sus hojas que, rápidamente, fue tomada con delicadeza.

«Nos estamos quedamos sin tiempo», se dijo con angustia. Seguidamente su puño golpeó con fuerza la tierra abriendo un enorme agujero que provocó un leve temblor. Estaba enojada con un sentimiento de culpa y era tarde para arrepentirse. Su deber ahora era encargarse del espíritu, sin embargo, lastimosamente no podía hacerlo sola.

Su magia se encontraba debilitada debido al daño del bosque y no tenía como opción atenderse a las consecuencias en ese momento, puesto que, perdería por completo. En sus pensamientos tenía opciones favorables que la ayudarían, no obstante, le constaría un poco de magia manipular sus mentes si se llegaban a negar.

Por el momento, desconocía el paradero del espíritu. El Árbol aún no había podido dar con él y, mientras, hablaría con la persona que se aproximaba al bosque. Ella sabía lo que tenía que hacer por órdenes del Árbol.

«La primera en desaparecer serás tú», recordó. Sus parpados se entrecerraron y su cuerpo se movió para recibir a la castaña.

Lo ocurrido era repentino y no tenía muchas elecciones. Los espíritus eran seres considerados peligrosos para cualquier vida exterior fuera del bosque. Y, por varias razones se encontraban dormidos para toda la eternidad.

A Diana no le gustaba pensar que las demás personas estuvieran arreglando el error que una vez cometió el Árbol, pero, los necesitaba si querían salvar a las vidas que apreciaban. Era obvio que nada de lo que estaba pasando estuviera ocurriendo si, la actual guardiana, no les hubiera dado paso a los humanos.

Ella igualmente cometió un error e intentaba encomendarlo.

—Buenas noches, Atsuko Kagari —saludó de manera cordial como lo hacía cada vez que la veía, sin embargo, notó algo en la castaña que despertó una ligera curiosidad dentro de ella.

La humana tenía su cabeza abajo y su mano derecha agarraba el bolso que traía consigo. Diana no dijo alguna palabra al no recibir alguna contestación y se hizo una idea de su estado casi de inmediato. «El chico», se recordó. En ese instante su mente estaba un poco distraída por lo sucedido, no obstante, no iba a desviarse de su objetivo principal. Y agradecía que sus pocas emociones se mantuvieran bajo control.