-¿Embarazada? No perdieron el tiempo... - dijo María.
- Estoy segura de que fue parte de la vida que le había organizado su madre desde el principio - dijo poché, su tono amargo.
Miro a Sabrina, esperando oír alguna crítica.
- Supongo que Daniela nunca ha tenido que trabajar - dijo la psicóloga - Qué desperdicio.
Poché asintió.
- Las Calle no trabajan - dijo.
Se aclaró la garganta levantándose el sitio.
- Debería irme. Es tarde.
- Oh, no. No te vayas aún - protestó María - No puedes irte sin acabar la historia.
- No queda mucho más por contar. Solo la he visto un par de veces desde entonces - dijo.
- ¿Qué tal más café? Es descafeinado - dijo María moviendo las cejas.
Poché asintió riendo.
- Vale - alargó las vocales - Uno más.
- ¿Cómo te las arreglaste para evitarla todos estos años? - preguntó la gallega - Quiero decir, cada vez que ibas a Elche.
- Pasaron cinco años antes de que mi madre cayera enferma. Antes, cuando iba de visita no decía nada. Solo aparecía por allí y ya. Pasaba una noche con ella y me iba a la mañana siguiente. Nunca vi a Daniela - dijo - Cuando le diagnosticaron el cáncer, Santi ya se había retirado de las fuerzas armadas y abrimos nuestra primera tienda unos seis meses antes. Nos íbamos turnando entonces para estar con ella, llevarla al médico y esas cosas.
María le dio la taza.
- ¿Y no hablaste con Daniela en todo ese tiempo?
- No. Pude sacarla de mi mente. Salía. Tenía amigos. Era cuando volvía allí que volvía a adquirir protagonismo en mi mente.
- ¿Pero volviste a verla?
- Sí. Tenía veintiocho años.
~Flashback~
-¿Estás cómoda? - preguntó Poché mientras ahuecaba las almohadas debajo de las piernas de su madre.
- Deja de ser tan dramática - dijo su madre - Estoy bien.
Poché se sentó en la silla junto a la cama de su madre, con la preocupación tatuada en su rostro. Intentó ocultarlo, pero su madre le sonrió tranquilizadoramente.
- No me voy a morir todavía, Poché. Deja de estar tan asustada.
- Nunca antes habías estado enferma - dijo.
- El cáncer da miedo, ¿eh? - dijo - Pero los médicos parecen pensar que podremos manejarlo. Tengo fe en ellos.
Poché dejó escapar un suspiro.
- ¿Has vuelto a pensar en ello?
-¿En retirarme? Sí.
- ¿Y?
- Y Santi y tu tienen razón. Es el momento. Pero, ¿a dónde iría? Tenías diez años cuando nos mudamos aquí. Sé que no es mucho, pero ha sido nuestra casa estos últimos dieciocho años.
- Lo sé, mamá. Te encontraremos una casa. Algo que tenga buena luz, que esté ventilado, con algún patio pequeño - miro a su alrededor - Siempre me sentí como en un calabozo aquí metida.
- Sí, lo sé. Por eso pasabas la mayor parte del tiempo al aire libre - dijo con una sonrisa - O arriba en la habitación de Dani.
Poché miró hacia otro lado, no quería pensar en eso. Daniela ya no era parte de su vida. Eso se había acabado. Habían pasado más de cinco años desde la última vez que la vio. Ocho desde que se acostaron juntas. Era increíble como aquí, en la casa, los recuerdos seguían tan vivos.
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Siempre fuiste tú. [Terminada]
FanfictionDaniela Calle, hija de unos padres adinerados demasiado obsesionados con el que dirán, conoce a los nueve años a María José Garzón, hija de la encargada del servicio doméstico. Pese a su gran y rápida amistad, ambas siempre han sabido cual era su pa...