Capitulo 32

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Poché ya le había dado la noticia a Santi y ahora estaban esperando a que el doctor terminara. Sofía y los niños se habían quedado en casa, pero Daniela había querido ir con ellos, por lo que la había seguido en su coche.

Se sentó junto a Poché, retorciéndose las manos con nerviosismo. Poché se las tomo
parando aquel gesto, sonriéndole levemente. - Lo siento mucho - dijo Daniela en voz baja.

Poché se acercó más hacia ella.

-¿Estás más preocupada por lo que el médico vaya a decir o por si descubre lo que hicimos anoche? - se rio en voz baja mientras un rubor cubría el rostro de la rubia.

- Teniendo en cuenta que ninguna de las dos parece haber dormido, no creo que le resulte muy difícil adivinarlo.

La mirada de Poché se posó en la boca de Daniela, sus labios todavía seguían hinchados. Levantó la vista y sus ojos se encontraron, de pronto deseo estar en cualquier otro lugar menos en la sala de espera de aquel hospital.

Deseaba tirar el tiempo atrás y volver a la ducha, donde Daniela la había empotrado contra la pared, llevándola al orgasmo de una manera tan rápida que parecía un vago recuerdo. Daniela sonrió y asintió, reconociendo la dirección de sus pensamientos.

- ¿Garzón Guzmán?

Todos se giraron y la enfermera les hizo señas con la mano.

- Pueden pasar a verla. El médico volverá en seguida para hablar con ustedes.

- Gracias - dijo Poché dejando que Santi y Daniela se le adelantaran.

Su madre, afortunadamente, parecía descansada. Poché se inclinó y besó su mejilla, notando que su madre ya había tomado la mano de Daniela.

- Me siento mucho mejor - dijo ella - No quiero que nadie me diga nada.

- Mamá... ya sabemos lo del cáncer - dijo Santi.

Su madre movió los ojos hacia Daniela y sonrió.

- Tenía la esperanza de que se lo contases - dijo ella, pasando su mirada entre Daniela y poché - ¿Sería inapropiado por mi parte, decir que las dos están radiantes esta mañana?

Poché se sonrojó de pies a cabeza.

-¿En serio mamá? ¿En serio? ¿Ahora?

Santi se rio.

- Por eso tienes esas ojeras.

Poché miró impotente a Daniela, pero esta simplemente se rió y le apretó la mano a su madre.

- Seguí tu consejo - dijo la rubia.

- ¿Podemos hablar sobre tu salud? - dijo Poché ruborizada.

La sonrisa de su madre se desvaneció.

- No hay nada más que discutir. Conozco mis opciones.

- ¿Dónde... dónde es ahora?

- En el pecho otra vez. Creo que ahora seguiré con la cirugía - su madre apartó la mirada de todo el mundo - Debería de haberlo hecho antes, supongo, pero perder un pecho... bueno, no estaba lista en esa época.

- No pasa nada, ¿pero tienes que hacer quimio igual? - preguntó ella.

- El médico dice que tienen que ver cuan invasivo es. Eso lo determinara todo - su madre se acostó de nuevo sobre la almohada - La idea de volver a pasar por la quimio... no se si voy a poder con ello.

- Pero...

- No. Estoy cansada de pensar en ello. Vamos a ir pasito a pasito, ¿vale? - tomó una respiración profunda - Ahora, vamos a hablar de otra cosa - se giró hacia Daniela - ¿Tu hijo viene este fin de semana?

Siempre fuiste tú. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora