Capitulo 7

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- Qué juguetona era- dijo María - ¿Cómo pudiste soportarlo?

Poché apartó el plato del postre a un lado y literalmente se frotó el estómago.

- Ahora si que reviento, no se si llegaré a casa - dijo.

- No te vemos lo suficiente - dijo María mientras traía la jarra de café hacia la mesa -¿Estabas muy enamorada de ella, verdad?

Poché sonrió.

- Creo que me enamore de ella a los diez años.

- ¿Crees que te manipulaba? - preguntó Sabrina en su mundo de psicóloga.

- No. Créeme, estaba dispuesta a todo.

- Y sin embargo, ella era la que tomaba el control siempre - dijo.

- Te aseguro, querida, Dra.Ramil, que el hecho de que estaba haciendo todo eso con mi mejor amiga...o por sus ordenes según tú... desde que tenía catorce años, nunca ha dejado ninguna cicatriz en mí. Ni una sola vez pensé que me manipulaba. Daniela estaba tan apegada emocionalmente a mí como yo lo estaba - se detuvo - La diferencia en esta historia está en que yo si podía aceptar que era lesbiana. Ella no. Ella estaba destinada no solo a salir de vez en cuando con Harry, sino a casarse con él.

- ¿Y lo aceptaste? ¿Tan fácil?

Poché agitó la cucharilla dentro de la taza de café, pensando en aquellos tiempos.

- Sí, lo acepté. No había otra opción. Su madre le había organizado la vida que debía tener. Daniela no tenía nada que decir o hacer. Creo que por eso su tiempo conmigo era tan valioso para ella - dijo - Era la única cosa que hacía por decisión propia, lo único que no controlaba su madre.

- Pero entonces, más adelante, dejaron de verse tanto, ¿no? - pregunto María curiosa.

- Más o menos, sobre todo cuando llegamos al instituto. Daniela tenía muchas cosas que hacer, teníamos suerte si podíamos vernos una vez por semana. Incluso entonces, no siempre lo hacíamos a solas. Mi madre siempre estaba por allí, y si su madre estaba cerca no nos atrevíamos a ir a su habitación - Poché sonrió - Se volvía un juego peligroso estar solas, éramos como un puto volcán a punto de explotar.

- ¿Y tú? - pregunto Sabrina - ¿Tenías amigas? ¿Algo que hacer después de las clases?

- Claro, tuve bastantes amigos - dijo - Quiero decir, no estaba ciega en cuanto a lo que pasaba. Sabía que Daniela y yo no teníamos ningún futuro. Sabía cuál era mi papel en su vida. Hacía las cosas normales que hacía todo el mundo. Iba al cine, a cenar por ahí, tocaba la guitarra a veces para distraerme...

- ¿Y nadie sabía nada de ustedes?

- No, todo el mundo sabía que vivía en su casa porque mi madre trabajaba ahí, eso es todo - Poché se encogió de hombros - Nunca le conté a nadie nada sobre ella.

- Así que, ¿cuándo llevaron las cosas al siguiente nivel? - preguntó de nuevo María - Puesto que ya no tenías tiempo de estar juntas, digo.

Poché tomó un sorbo de su café, sonriendo levemente al recordar la primera vez que había tocado a Dani, la primera vez que hizo que se corriera.

- Fue un domingo. Sus padres se fueron con unos amigos y tuvimos toda la tarde para nosotras. Tenía dieciséis años.

~Flashback~

Poché se quedó de pie fuera de la puerta de Dani, intentando calmarse. Estaba más nerviosa como nunca. Habían pasado dos semanas desde que Dani y ella habían pasado tiempo a solas, aunque solo fueran unos minutos. No mucho, pero el suficiente como para besarse y tocarse por encima de la ropa. Ya no había timidez en ninguno de sus toques. Y hoy tendrían horas por delante. Poché temblaba ante la idea.

Siempre fuiste tú. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora