Capitulo 26

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Daniela se echó a reír cuando apagó todas las velas menos una en su intento de apagar las treinta y ocho.

- Oh no, eso es mala suerte - dijo.

Mario se abalanzó y apagó la última de ellas, sonriendo como si fuera su cumpleaños.

- ¿De chocolate? - Daniela se giró hacia Martha con las cejas levantadas.

- Lo sé, lo sé. Es la favorita de Mario, pero cuando tú y poché eran pequeñas, creo que esta era la que más me hacía hacer todos los años.

La sonrisa de Daniela vaciló un poco ante la mención de la morena. Tenía la esperanza de que este año, Poché pudiese felicitarla, o por lo menos recordarlo, pero no había sabido nada de ella durante toda la semana. Martha pensaba que iba a volver a casa al día siguiente. Y ahora, igual que otros años, sentía esa tristeza abrumándola de nuevo. Dolor, sentía dolor en su pecho. Intentó alejarlo, pero los ojos de Martha se suavizaron y extendió una mano para apretar la suya.

- Quiero esta esquina - dijo el pequeño, ajeno al estado de ánimo de su madre.

Daniela apretó la mano de Martha en respuesta y luego cogió el cuchillo.

- Aquí tienes - dijo mientras cortaba cuidadosamente un pedazo grande.

Martha y ella cogieron pedazos mucho más pequeños. Estaba tan buena como siempre.

Mario terminó su trozo en tres grandes bocados luego cogió el portátil con la que siempre estaba en el sofá.

- Creo... que utiliza esa cosa para dormir - susurró la rubia.

- Está emocionado - dijo Martha - Mucho más que cuando tenía que ir a la otra universidad.

- Sí, creo que será bueno para él.

- ¿Y tú qué? El solo estará aquí hasta la semana que viene, ¿estarás bien tu sola por aquí?

- Estaré bien. Me encanta. Tendré que comprar más muebles, eso me ayudará a mantener mi cabeza ocupada. Me encanta ir de compras. Sobre todo por ropa - se acercó más a la otra mujer - Ha sido genial no tener a mi madre atosigándome todo el tiempo.

Martha se rió en voz baja.

- Bueno, por favor, no le digas que te he ayudado a escoger tu cama.

- Da igual, no le parecerá bien igualmente.

Permanecieron en silencia un momento más y Daniela sintió como la mirada de la madre de poché quemaba sobre su piel. Levantó la vista, sintiéndose un poco triste de nuevo.

- ¿Te ha llamado Poché?

Daniela negó con la cabeza.

- No sé porque una parte de mí esperaba que lo hiciese. No es como si lo hubiera hecho estos últimos años... - tomo su taza de café y volvió a bajarla, sabiendo que seguía tan frío como antes - A pesar de que nos hemos acercado otra vez... siento como si siguiéramos evitándonos la una a la otra.

Martha asintió con la cabeza.

- Sí, es lo que suele hacer la gente cuando tiene miedo de acercarse demasiado.

Daniela quería compartir algunas cosas con Martha, pero no estaba segura de lo apropiado que sería hacerlo teniendo en cuenta quien era su hija. Por otra parte, además de poché, Martha era su amiga más cercana, a pesar de la gran diferencia de edad. Echó un vistazo por encima del hombro, asegurándose de que Mario siguiera absorto en la pantalla.

- Esos viejos sentimientos... siguen ahí - dijo en voz baja - Me asusta. Creo que a poché también.

Martha se acercó más, su voz tan baja como la suya.

Siempre fuiste tú. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora