Capitulo 3

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-¿Sabías que eras lesbiana cuando tenías doce años?

Poché se echó a reir.

- No sabía ni lo que significaba eso, solo sabía que no me gustaban los chicos.

- ¿Ya te habías enamorado de ella entonces?

Poché asintió.

- Aunque, no estoy muy segura de que fuera consciente. Yo solo era la amiga que tenía que esconderse de todo el mundo. Eso volvía loca a su madre. Siempre hizo hasta lo imposible por separarnos.

- ¿No le caías bien?

- No es eso. Siempre fue amable conmigo. Pero la amistad que Daniela y yo teníamos... ella hubiera querido que la tuviera con alguna otra chica del club de campo. Se aseguraba de que Daniela pasara mucho tiempo allí. Clases de tenis, de natación, de equitación. Baile... todo lo que no me involucrara.

- Pero al final del día, Daniela llegaba a casa, contigo - dijo Sabrina con una sonrisa - Estoy segura de que eso preocupaba a su madre.

- Daniela nunca mejoró con las mates, así que intente ser su tutora. Pero no podíamos dejar que su madre se enterara. La primera vez que nos pillo, yo tenía trece años.

~Flashback~

- Te lo juro por lo que quieras, es que no tiene sentido para mí Poché, ¿por qué tienen que ser tan difíciles?

- No es difícil. Solo no lo entiendes. Pronto pasaras a bachillerato. Se volverá mucho más complicado.

Estaban sentadas con las piernas cruzadas en el suelo de la sala de estudio de Dani.

La rubia se dejó caer dramáticamente, cubriendo sus ojos con su brazo derecho.

- ¿Bachiller? No puedo hacer operaciones matemáticas básicas y ¿me hablas de bachiller?

Los ojos de Poché siguieron el largo de su cuerpo, aterrizando en su expuesta axila. Sonrió diabólicamente, luego atacó, haciéndole cosquillas sin piedad.

Dani se retorció, riendo mientras intentaba alejar las manos de poché.

- ¡Para! ¡Me vengaré, poché!

- Bah, promesas, promesas - dijo cediendo a sus suplicas.

Dani sonrió.

- Odio que hagas eso.

- ¿Ah, sí? ¿Entonces, por qué sonríes?

Dani se sentó de nuevo, sin dejar de sonreír mientras la miraba.

- No lo sé, me haces feliz.

A Poché le inundaba una sensación extraña el estómago cuando Dani la miraba de esa manera.

Asintió con la cabeza.

- Tu también me haces feliz, Dani.

El silencio perduró mientras se miraron la una a la otra. Hasta que finalmente, Poché apartó la mirada y volvió a coger los deberes de Dani. Estaba a punto de avanzar a otro problema cuando la puerta de la habitación de Dani se abrió. Unos segundos más tarde, la señora Calle, se apoyaba sobre el lateral de la puerta de la sala de estudio.

- Chicas, ¿qué están haciendo?- Poché miró el suelo, sin hablar. La Sra. Calle le imponía. Pero las palabras de Dani le hicieron levantar la cabeza.

- Estoy ayudando a Poché con sus deberes - dijo la rubia - No es nada malo, ¿no?

Deslizó su mirada hacia poché, instándola a responder.

Siempre fuiste tú. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora