Todo comienza con la absurda idea de buscarle una novia a Craig. Clyde, uno de sus mejores amigos no se detendrá hasta lograr su cometido. Más buscará ayuda de la persona menos adecuada.
𝐍𝐚𝐝𝐚 𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐚𝐮𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐚𝐝𝐞𝐦𝐚́𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Dile a Craig que se joda. ¡No le regresaré su estúpida laptop hasta que me deje ver a nuestro hijo! ¡Ya es suficiente que me haga quedar como el malo a mí en el tonto juego que solo lo continúo porque Kenny me agrada!
—¿Entonces le digo primero que se vaya a comer popo o que te de su computadora? Estoy confundido.
—¡Clyde apestas como mediador! ¡Ni siquiera puedes hablar con el Sr. Mackey para vernos en un día donde los dos estemos disponibles! —dijo jalándose el cabello.
—Si sigues haciendo eso quedarás calvo antes de los treinta, amigo.
Tweek gritó.
—Enserio, espero que la próxima vez que me llames sea con buenas noticias y no que sea Craig de nuevo que se digna en hablarme si no es a través de ti. —escuchó el sonido de una empaque siendo abierto. —¡¿Me estás escuchando?!
—Sí, está bien. Hablaré con él para que de una vez puedan arreglarse. Cielos, deberían pagarme por esto.
La llamada se cortó.
Quería volver a la normalidad. Cuando podía compartir con Craig y las cosas no eran tan complicadas.
Hasta seguían agarrándose de la mano por costumbre. ¿Por qué ahora echarlo de lado cuando creía que no iba a hacerlo?
Ya era la segunda vez. No soportaría una tercera.
¿Desde cuándo Craig era tan terco? Tal vez lo fue siempre pero ahora se daba cuenta. Los dos lo eran en cierta manera, pero él le ganaba olímpicamente.
Hasta la madre del amante de las cobayas quería que se arreglaran. La tenía agregada en la única red social que manejaba y publicaba estados sobre eso públicamente.
Menos mal no le había escrito o entraría en crisis. Nunca habló con ella en ningún momento directamente, pero si le ofrecía café cada vez que podía o algún dulce.
Pero podría preguntarle si Craig cuidaba bien de su hijo adoptivo...
Vaya tontería. Le costaba demasiado no ser orgulloso y escribirle directamente. Aunque lo habían hecho cuando publicó ese estado con un mensaje indirecto hacia él.
Que difícil situación. Todo parecía caer en las manos de Clyde.
De solo pensar en eso Tweek se preparaba para lo peor. Hasta creo una fortaleza de almohadas en su cuarto.
Además de obviamente tener suficientes provisiones de café para el resto de su vida.
