CAPITULO 20 .

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Ese día en casa fue una autentica locura, todo el mundo estaba de los nervios.

Una vez me recompuse, les dije a todos que me iría a mi cuarto. Necesitaba pensar en lo que hacer sin que nadie estuviera en peligro.

Llamé a mi padre y le expliqué lo que había sucedido.

- Amelia, vuelves a casa ya !!!.

No voy a volver a pasar por lo mismo que la última vez, así que me da igual lo que tu quieras hacer.

- Vale papa volveré a Londres, hasta que solucionemos el problema.

Pero tienes que hacerme unos cuantos favores.

- Así sin mas me dices que vuelves?.

No te reconozco Amelia.

Claro, pídeme lo que necesites.

Estuve hablando con el durante una hora, organizando como se harían las cosas.

- Papá esta noche te llamó y preparamos el plan de vuelo.

Bajé a la cocina y estaban preparando la comida entre todos, Llamé a Víctor y Natalia a solas.

- Necesito hablar con vosotros a solas un momento.

Lo primero, es agradecer todo lo que habéis hecho por mi durante todo este tiempo, no voy a tener vida suficiente para devolverlo.

- Porqué parece que te estas despidiendo?.

- Dejadme terminar con el discurso amiga, porque si no me pondre a llorar y no podre hablar.

Las lágrimas ya nos caían a las dos, era inevitable.

- Necesito poneros a salvo y para ello me tengo que marchar, aquí os pongo en peligro.

No sabeis lo peligroso que es Gianmarco, jamás os pondría en peligro y ya esta decidido.

He estado hablando con mi padre y ya lo hemos planeado todo.

- Pero nena no hace falta que te vayas, te podemos proteger. Contrataremos mas seguridad privada, le sera imposible llegar a nosotros.

- Ya esta decidido Víctor, mira lo fácil que le a sido estar cerca de Natalia. No sabeis de verdad lo loco que esta.

Y no podría soportar que os pasara algo, se que con mi padre estare mas segura.

Su casa es un castillo y le sera imposible entrar.

Entendedlo por favor, os quiero tanto que prefiero no veros y que estéis a salvo.

- No me puedes dejar Amelia, íbamos a tener la misma ginecologa he ibamos a pasar el embarazo juntas.

- Pues por eso lo hago, ahora vas a ser madre y tienes que pensar en eso.

No puedo permitir que te pase nada y al bebé   tampoco.

Mire a Víctor con lágrimas en los ojos.

- Se que no te voy a hacer cambiar de opinión, porque eres como mi mujercita, unas cabezotas de mucho cuidado.

Pero quiero que sepas que me duele en alma que te tengas que ir, porque un desgraciado se quiera meter en tu vida a la fuerza.

- No puedo creer que te vayas, es que no quieroo...

Nos abrazamos y lloramos juntas, se nos acerco Víctor y nos abrazo a las dos. Nunca creí ver aquello, Víctor estaba llorando.

Nunca lo vi de esa forma, me dió tanta ternura que no era capaz de soltarlo.

Estuvimos durante un rato así, hablando de cuando marcharía y como lo iba a llevar.

Solo amigos???Donde viven las historias. Descúbrelo ahora