CAPITULO 30.

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El camino a casa lo hicimos en silencio, no podía apartarme de su lado, estábamos abrazados y solamente escuchábamos el sonido del coche.

Estaba totalmente adolorido, le habían dado mas de una paliza y su cuerpo estaba lleno de vendas.

Por lo que me había comunicado mi padre, le habían roto tres costillas, la mandíbula dislocada, no veía muy bien por un ojo y el tobillo roto.

Y lo que mas se veía, su cara era un morado completamente.

- Estás bien?.

- Ahora que estoy contigo si.

Me tocó la cabeza, para que me apoyara en su pecho y no preguntara mas.

Estaba segura de que no le apetecía hablar del tema en esos momentos.

Mi padre se había quedado en el lugar del altercado, para solucionarlo todo y que ese loco no volviera a ver la luz del día.

Llegamos a casa y Norma estaba en la puerta esperándonos muy preocupada.

- Como estás pequeña?.

Me miró con mucho entusiasmo para ver que estaba bien y que no me pasaba nada.

Miró a Alex y puso cara de terror.

- Ven aquí chico te prepararé algo para el dolor.

Cuando nos íbamos de camino a la cocina, Roberto vino corriendo a echarme la bronca por lo que había pasado.

- Como estás Amelia?

Su voz sonó entre preocupado y enfadado.

- Estoy bien Roberto, no te preocupes.

- Como que no me preocupe?.

Tu sabes como estábamos aquí!!.

Me quería morir y Juan se a enfadado muchísimo conmigo.

Me a dicho que o quiere saber nada mas de mi, por haberte cubierto.

Lo miré con cara de pena, me sabía mal que el hubiera tenido que pagar las consecuencias de lo que yo hice.

- Tranquilo, yo hablaré con el en cuanto vuelva.

Juan se había quedado con mi padre y su mirada hacia mi no fue nada buena.

Tenía que arreglar aquello, no quería que mis amigos sufrieran por algo que había sido mi culpa.

Alex estaba sentado en el taburete de la cocina, tomándose lo que Norma le había preparado.

yo llevaba un pantalón corto y una camisa, la cual estaba rota y se me veía toda la barriga.

Ya tenía una buena barriga,  Alex se acercó a mi y me la acarició.

- Sabes, a habido un momento en el que estaba hablando de ti con Gianmarco y la niña se movió.

Había sido la primera vez que la sentía.

Me miró con cara de felicidad y me preguntó que estaba diciendo.

- Pues, le dije que el no era su padre y que lo eras tu.

Pensaba que estabas muerto, era doloroso y no hacía mas que decirme que era su hija.

No lo iba a consentir, tu eres su padre y nada ni nadie cambiará eso. 

Estaba dispuesta a morir, no quería una vida sin ti.

Hasta que sentí a nuestra hija, en ese momento me di cuenta que no podía rendirme y por eso luché.

Solo amigos???Donde viven las historias. Descúbrelo ahora