CAPITULO 41.

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Había sido un susto, la subida de tensión en el trabajo, jamás me había sentido de esa manera.

Estaba completamente mareada y vomitando todo el desayuno. Lo de los vómitos estoy acostumbrada, pero a ponerme como me puse no.

Se que era muchísima responsabilidad, llevar la empresa aunque fuera con ayuda y encima estando en mi tercer trimestre de embarazo.

Pero no podía fallar, no a mi padre que ahora estaba delicado de salud, ni a mi madre, ni a mi hermano.

Fue una muy buena idea irme a casa, hasta el momento en que sucedió lo que sucedió.

Las llamadas sin respuesta de mi teléfono móvil, hasta las rosas negras que recibí con la maldita nota.

Justo en ese momento Alex había salido a buscarme la comida al restaurante y me encontraba sola en casa.

Volví a sentirme pequeña de nuevo y otra vez con el miedo. No podíamos continuar de esa manera.

Cada vez que este impresentable volvía a nuestras vidas, nos la cambiaba de nuevo. Estaba arta de esta situación.

Tenía algo en mi interior que me decía que esto acabaría pronto, no se como, ni cuando pero acabaría de alguna forma.

Cuando Alex volvió y me vio allí en el suelo del salón se asustó muchísimo. Vio la nota y se quedo blanco de repente. 

Se, que se quiso hacer el fuerte, pero todo lo sucedido anteriormente se le removió por dentro. 

Acababa de salir de una clínica mental por ese motivo y volvíamos otra vez con lo mismo.

No podía permitir que volviera para atrás, lo habíamos pasado fatal para tener que volver a ese punto.

Empecé a sentirme otra vez muy mareada, me encontraba fatal. Así que Alex llamó al doctor y volvió a verme.

Me dijo que como la tensión no me bajaba, me tenía que dar una pastilla para bajármela y que eso me relajaría.

Esa pastilla debía ser muy buena, ya que me quedé dormida al momento.

Cuando desperté estaba sola en la habitación y me había entrado algo de hambre.

Normal que estuviera hambrienta, no había comido y el desayuno lo vomité en el trabajo.

Bajé en busca de Alex y me lo encontré con Michael en la cocina.

Alex me preguntó que hacía levantada y yo le contesté que tenía algo de hambre.

Como Michael también tenía hambre decidimos hacer algo para los dos, ya que lo que me trajo Alex del restaurante no era suficiente.

Estábamos cocinando y a Alex lo notaba muy tenso.

- Tu vas a querer cenar?.

- No gracias, no me entra nada.

- Pues tienes que comer, llevas todo el día y no puede ser, porque no.

Así que lo obligamos a cenar con nosotros.

Estábamos tan tranquilo, cuando de repente se fue la luz. No pude evitar ponerme a temblar del miedo.

Vi que Alex se dirigía a la puerta y le hacía una señal a los policías que estaban allí.

En ese momento me enteré que teníamos una patrulla en la puerta de casa. Eso me relajó un poco.

Entró uno de los policías con la pistola en la mano, nos dijo que nos quedáramos allí y eso hicimos.

Solo amigos???Donde viven las historias. Descúbrelo ahora