CAPITULO 32 (ALEX).

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La llegada a casa de Daniel lo hicimos en silencio, no tenía ningunas ganas de hablar.

Sabía que Amelia tenía muchas ganas de preguntar por lo sucedido, pero respetó mi momento de silencio.

Me dolía todo el cuerpo, pero lo que mas me dolía era el corazón. No había sido capaz de proteger a Amelia y tampoco a Natalie.

Solo quería dormir, no quería pensar en lo sucedido y mucho menos hablar de ello.

Cuando Amelia me comunicó la idea de volver a Roma, me hizo un montón de ganas.

Estaba deseando volver a ver a mi familia, a los pequeños demonios, mi niña que se me está haciendo mayor y me lo estoy perdiendo.

Esa mañana llamé a Ernesto para darle la noticia, se alegró muchísimo de que volviéramos a casa.

- Como estás hijo?

Se que a tenido que ser muy duro?

- Ernesto yo.......

- Tranquilo muchacho, entiendo que no puedas hablar del tema. Solo quiero que sepas que aquí estamos tu madre y yo para lo que necesites.

Bueno mejor dicho para lo que necesitéis.

Tu madre a traído de su antigua casa, todas tus cosas de cuando eras bebe.

Tu cuna, el cambiador y todas esas cosas.

Michael a pintado el que era su cuarto, le a quedado increíble.

El se a buscado un apartamento y se a independizado, sabía que algún día volveríais y querríais estar solos.

Así que tranquilos, cuando lleguéis aquí estará todo preparado para la llegada de esa pequeñaja.

Tus hermanos, están muy ilusionados con ser tíos y tu hermana a aprendido a hacer punto, le está haciendo una mantita, con demasiados colores para mi gusto.

-JAJAJAJAJAJA.

Eso me hizo reir, todo lo referido a mi familia me ponía feliz.

Amelia se ocupó de todo, yo no podía ni salir de la cama. Estaba todo dolorido, pero lo peor estaba en la cabeza.

Me preguntó si me parecía bien ir a ver a nuestros amigos, no es que me hiciera muchísimas ganas, pero a ella si.

Entonces no me podía negar, ella también había sufrido mucho, así que no me negaría. Puede que fuera bueno para los dos ver a nuestros amigos.

Pasamos una buena noche con los amigos de Amelia, ya eran como si fueran míos.

Me hacían sentir uno mas del grupo, gracias a ellos pude quitarme lo malo de la cabeza en aquel momento.

Por lo menos durante un rato.

Llegamos a casa de Víctor y Natalia, como era de esperar Natalia se puso a gritar como una loca.

Me asusté por un momento, menos mal que mi amigo la tranquilizó y nos hizo pasar.

Sabía que Natalia estaba embarazada, no se le notaba nada. Simplemente un pequeño bulto en la tripa.

Las chicas se fueron a la cocina, supongo que para hablar de sus cosas y nosotros nos fuimos al despacho de mi gran amigo.

Me senté en el sofá que tenía a la derecha y Víctor fue a por dos vasos con wisky.

- Es un poco pronto para esto no?.

- Me parece que lo necesitas amigo y yo nunca dejo beber solo a nadie.

Solo amigos???Donde viven las historias. Descúbrelo ahora