CAPITULO 57.

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Entramos en unos de los cuartos que habilitaron para mi personalmente, mi madre entró por la puerta, con una sonrisa en la cara.

- Hola hija, estás preparada para uno de los mejores días de tu vida?.

- Si que lo teníais bien escondido no.

Quien lo planeó todo?.

- Fue Alex, el día que firmamos la compra de la casa, habló con nosotros. Nos dijo que tu querías una boda, sin estar embarazada y que esta casa era perfecta para ello.

A tu padre y a mi nos pareció una magnifica idea, por ello nos pusimos manos a la obra, con las reformas. Queríamos que todo estuviera listo, lo antes posible y poder darte esta sorpresa.

Hablamos con Natalia, para que se encargara de todo lo referente a ti. Vestido, peinado y todas esas cosas.

Ella es la que mejor te conoce, sabe tus gustos y tus medidas. Siento que te hayas sentido un poco desplazada, pero era para poder darte esta sorpresa, que espero te haga feliz.

Miré a mi madre, luego a Natalia, después a mi madre otra vez. Pegué un grito de alegría y me abalancé sobre ellas.

- Estoy feliz, es gracias a vosotras y a todos!!.

Y la niña?.

Que le pondremos?.

No le he comprado nada!!.

Mi madre, que ya lo tenía todo pensado, me respondió.

- Te acuerdas del vestido rojo que compramos en aquella tienda?.

Le contesté que si.

- Pues ya sabes, que es lo que llevará.

Daniel irá a buscarla en un rato, para que Alex se pueda arreglar tranquilamente y nosotros nos encargaremos de ella.

- Pero no os dejará arreglaros a vosotros?.

- Tu por eso no te preocupes, entre tu padre y yo nos apañaremos.

Además, déjanos disfrutar de nuestra pequeña y ejercer de abuelos.

Le sonreí con todo el cariño del mundo y asentí. Quien mejor que ellos, para cuidar de mi princesa.

Mi madre se marchó, diciendo que nos dejaba a hacer a las jóvenes. Le di un abrazo, un beso y salió por la puerta.

- Bueno, me piensas enseñar el vestido que voy a usar en mi segunda boda?.

- Tu confías en mi?

- Claro que confío, eres mi alma gemela y daría mi vida por ti.

- Hay Amelia, no digas esas cosas que me pones mas tonta.

Se acercó a mi y me besó, fue uno de esos besos que te pedía mas. Me estaba calentando de tal manera, que no sabía si sería capaz de parar.

Nos empezamos a acariciar, de forma sensual y sugerente. Sin parar de besarnos, estaba demasiado caliente, llevaba mucho tiempo sin tener sexo. La cuarentena y la falta de sueño, había conseguido que Alex y yo apenas nos tocáramos.

Cuando la cosa se estaba calentando mas de la cuenta, abrieron la puerta de golpe. No nos dio tiempo a separarnos, ya que la persona que entró, nos vio en plena acción.

- Molesto??.

- Víctor no sabes llamar??.

Su sonrisa se hizo mas amplia y no tardó ni cinco minutos, en meterse entre las dos.

- Gracias, a que no he tocado, y he visto a mis dos mujeres favoritas metiéndose mano y no sabes lo duro que me pone eso.

Puso una sonrisa picarona, se abalanzó a su mujer y la besó con rudeza, como sabía que a ella y a mi nos ponía como locas.

Solo amigos???Donde viven las historias. Descúbrelo ahora