slytherin - harco/drarry

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decir que estaba enfadado era decir poco, porque mi cuerpo se llenó de rabia en tan solo un instante y estaba a punto de explotar cual bomba.

la situación era la siguiente:

Draco y yo habíamos dormido juntos. despertamos a las pocas horas, perdiéndonos herbología, la hora libre y el almuerzo. aún por encima estábamos llegando 10 minutos tarde a encantamientos.

vale, eso era malo, pero no era lo peor. lo peor fue que Pansy nos había despertado. ¿cómo? fácil, a Draco con unos toques en el hombro, susurrándole con cariño que se levantara, y a mí tirándome un balde de agua encima.

me parecía espectacular tener que soportar esas tonterías de parte de la pelinegra, al fin y al cabo, ella podía salir con el rubio sin problema alguno, yo no estaba en medio de ninguna manera, pero ella parecía no entender eso.

en este instante me encontraba corriendo junto a Draco y Pansy para llegar a la clase de encantamientos.

unos minutos después, en los que casi colapsamos los 3, entramos al aula, en la cual estaban ya todos los estudiantes de slytherin y ravenclaw. el profesor Flitwick nos miró de arriba hacia abajo a todos, y unos segundos después nos mandó sentarnos.

mi asiento estaba situado en la 4a fila, empezando a contar por la más cercana al profesor. me senté junto a una chica rubia que parecía estar disfrutando la clase. Draco estaba a mi lado, y a Pansy le tocó unos cuantos asientos más a la izquierda, lo que claramente la molestó.

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sinceramente no me enteré de mucho de la clase, solo pude fijarme en las muecas que hacía Pansy cada vez que Draco me hablaba, y realmente empezaba a divertirme a base de reírme de ella y sus paranoias.

el rubio me agarró del brazo nada más terminar la clase y salimos juntos del aula, dejando a la pelinegra y a los demás estudiantes atrás.

— ¿quieres ir al lago?

preguntó mientras me llevaba a rastras detrás suya por un pasillo largo y sombrío. alcé una ceja, ¿perder otra clase?

— Malfoy, toca transformaciones, no podemos faltar también a esta clase.

este niño tenía en mente cualquier cosa menos estudiar, al parecer. agarré su brazo y lo frené, estábamos a punto de salir del recinto escolar y llegar al lago, de tanto que habíamos corrido.

— escucha, sé que quieres divertirte y eso, pero luego tenemos unas horas libres y podemos ir, no puedo faltar tanto a clase, no quiero que me explusen o Merlín sabe qué.

hizo una mueca ante lo que dije, sacándome una risa por ello.

— pero prométeme que iremos, venga.

suspiré y empecé a caminar hacia la clase que nos tocaba.

— te lo prometo, rubio.