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entramos al aula de transformaciones, donde la profesora McGonagall estaba esperando a su alumnado. había varios estudiantes sentados, pero no los necesarios para dar comienzo a la clase.

Malfoy y yo nos sentamos en la 2a fila, ambos juntos, rodeados de alumnos de ravenclaw.

seguimos hablando de temas triviales a medida que la sala se iba llenando de alumnos.

— vaya, Harry, veo que has hecho un amigo.

McGonagall se acercó a nosotros, sonriéndome. le sonreí de vuelta.

— así es, uno muy bueno.

Malfoy contestó por mí, dejándome con las palabras en la boca. lo miré, me estaba sonriendo.

— es justo lo que iba a decir.

tras una última sonrisa y un "me alegro" de parte de la mujer, ella dio comienzo a la clase, pues, en cuestión de minutos, se había llenado por completo.

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no podía mentir, la clase había sido bastante divertida. McGonagall nos había enseñado a transformar un objeto cualquiera en una rana, y Crabbe lo puso en práctica con Goyle, dando como resultado a una ranita que chillaba asustada, dando saltos por todo el aula.

tras una larga persecución, una alumna de ravenclaw lo atrapó, dándoselo a la profesora, la cual lo hizo humano de nuevo.

Draco y yo no paramos de reír en todo el tiempo, y justo por eso Pansy intentó echarme a mí el hechizo, fallando plenamente, dándole a un chico de la casa de las águilas.

al final de la clase, Crabbe, Pansy y otro alumno de la casa contraria quedaron junto a McGonagall, ayudándola a limpiar el desastre que habían causado.

de nuevo, Draco me agarró de la mano, llevándome hacia el lago. no pude evitar estremecerme ante el tacto suave de su pálida piel.

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unos minutos después llegamos al lago. habíamos caminado bastante despacio, dando una especie de paseo. sentándonos en la orilla, separamos nuestras manos, lo cual me entristeció de cierto modo, pues me había acostumbrado al calor que esta ofrecía.

— ¿qué querías venir a hacer?

sacó unas rebanadas de pan de su bolsillo, lo cual me hizo alzar una ceja. ¿de dónde sacó ese pan? ¿lleva con él metido ahí desde el desayuno?

me dio una rebanada. hizo trozos más pequeños de la suya y empezó a tirarlos al lago. una especie de patos, o cisnes, incluso, acudían a comerlos. sonreí como tonto ante lo preciosos que eran los animales. empecé a tirar pedazos también, acercándome un poco más a la orilla.

después de unos minutos, estaba apoyado al margen del lago, sosteniéndome a duras penas, pero aún así, sin querer alejarme de los pobres animalillos que parecían hambrientos.

— te vas a caer, Potter.

negué con la cabeza ante su advertencia, acercándome un poco más para que uno de los patos pudiera coger las migajas de pan de mi mano.

sin saber cómo, perdí el equilibrio, y estaba a punto de caer al agua, justo encima de los patos, si no fuera porque cierto rubio me agarró de la cintura y tiró de mí hacia atrás, quedando ambos sentados, él detrás mía y yo entre sus piernas, con mi espalda apoyada en su pecho.

pasados unos segundos, cuando logré procesar lo que acababa de pasar, eché mi cabeza hacia atrás, apoyándola en su hombro, y lo miré, sonriendo.

— gracias, rubito, si no fuera por ti, ahora mismo yo sería la comida de los patos, no el pan.

reí de nuevo, observando su rostro sonrojado por el esfuerzo que había hecho. la luz del sol, el cual se estaba ocultando entre unas montañas, alumbraba su cara, haciéndolo ver como un ángel recién bajado del cielo.

me sonrió, llevando una mano hacia mi cabeza, jugueteando con mi pelo.

— si no fuera por mí, no sobrevivirías en hogwarts, rayito.

pronunció las palabras con lentitud, diciendo el apodo que me había puesto con cierta burla.

me reí de nuevo, sin poder parar de mirarlo, lo cuál él tampoco hacía.

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un rato después, volvimos al castillo justo a tiempo para cenar. nos sentamos cada uno en sus respectivos asientos, él enfrente mía. el único cambio que pude notar es que Crabbe y Goyle se sentaron cada uno a un lado mío, el primero de ellos a la derecha y el segundo a la izquierda.

no pude evitar sentirme un poco agobiado por su presencia, pero hablar con Draco me logró distraer.

el resto de la mesa tenía sus propias conversaciones, al igual que la gente de las mesas de las otras casas. cené mayormente en silencio, aunque de vez en cuando me reía por las cosas que soltaban Blaise y Malfoy, o incluso Crabbe y Goyle, que resultaron ser más agradables de lo que parecían.

después de que los prefectos de cada casa se levantaran y nos indicaran que podíamos salir, lo hicimos, levantándonos.

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llegamos a la sala común de los serpientes, la sala común de mi casa, a la cual aún se me hacía raro pertenecer. Blaise y Draco me arrastraron hacia un sofá, donde había varias personas más. empezaron a charlar, haciendo el rubio todo lo posible por integrarme en la conversación, lo cual le agradecí.

nos pasamos las 2 horas siguientes hablando, riendo, jugando, e incluso descubrí que Pansy tenía sus momentos buenos.

pero todo llegó a su fin. el cansancio invadió mi cuerpo y tuve que marcharme. pensaba hacerlo solo, pues las conversaciones de los demás fluían, pero Draco me acompañó, quedándose tumbado junto a mí en mi cama, abrazándome hasta que me quedé dormido.

slytherin - harco/drarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora