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nada más salir de las mazmorras empecé a escuchar murmullos, la gente debía pensar que yo no los escuchaba.

— mira, es ese.

— ¿el que va detrás de Malfoy?

— si, ese. ¿viste sus gafas?

— son horribles, ¿y esa cicatriz? me da hasta pena.

— debe ser horrible ser él, solo míralo.

agaché la cabeza y aceleré el paso, no quería seguir escuchando esas tonterías, ya eran bastantes mis inseguridades como para crear nuevas. ¿qué pasa con mis gafas? joder, odio esto.

levanté un momento la mirada y noté como malfoy se acercó a ellas hasta el punto de acorralarlas contra uno de los muros del pasillo.

— antes de criticar a alguien miraos un momento en un espejo. tú — dijo señalando a una chica de pelo castaño, largo y liso — no eres la más indicada para burlarse de sus gafas, y tú — siguió, esta vez señalando a su amiga, de pelo rubio y corto — tampoco lo eres para hacerlo de su cicatriz. sois unas arpías y espero no tener que repetirlo, porque a la próxima ni siquiera me tomaré la molestia de advertiros, se lo diré a mi padre, y todos sabemos que él puede perfectamente hacer que os expulsen definitivamente.

se alejó de ellas y siguió caminando hacia el aula de pociones.

ni siquiera sabía en qué momento había parado de caminar, pero cuando me di cuenta empecé a andar a paso rápido para alcanzar a Draco. sinceramente no sabía qué decirle, no podía siquiera comprender por qué hizo eso, y sin embargo quería agradecérselo, fue muy bonito viniendo del dragón albino que hasta hacía unos segundos había causado una mala impresión en mí.

finalmente llegamos al aula. me senté y apoyé mis antebrazos en la mesa. mis tripas rugieron, haciéndome poner una mueca. como desperté tarde, no tuve tiempo de ir al gran comedor a desayunar.

empecé a observar mi alrededor. había animales y cosas raras metidas en frascos con líquidos extraños, estaban prácticamente por todos lados.

pronto empezaron a llegar los demás. hoy tocaba clase doble con los de gryffindor, por lo que fue solo cuestión de minutos que la sala se llenara de gente con corbatas rojas con finas rayas doradas.

poco tiempo después, ya estábamos todos, menos el profesor, que según tenía entendido, era Severus Snape, el mismo jefe de la casa de slytherin.

de repente entró en clase un señor bastante alto, pálido y con el pelo hasta los hombros de color azabache. empezó a pasar lista, pero paró al leer mi nombre.

— Harry Potter... nuestra nueva celebridad.

se escucharon unas risas de fondo. yo simplemente lo miré, quedándome hipnotizado por sus ojos. eran oscuros, más que los de cualquier persona que hubiera visto antes, pero también eran fríos, me daban, incluso, miedo.

siguió pasando lista hasta que por fin terminó, luego de eso, empezó a pasear enfrente de los pupitres, agarrando sus manos por detrás de su espalda y bajando la vista.

— bien, estáis aquí para aprender la sutil ciencia y exacto arte de hacer pociones. aquí habrá muy pocos estúpidos movimiento de varita y muchos de vosotros dudaréis de que esto sea magia. no espero que podáis entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos...

paró de hablar, pero siguió paseando. a pesar de estar casi susurrando, se le entendía perfectamente. su voz grave pronunciaba tan bien cada palabra que la hacía parecer un poema. aparte de eso, tenía el don de hacer callar a todos con el mínimo esfuerzo.

— puedo enseñaros cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte, eso solo si sois más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar.

más silencio llenó la sala.

— potter, ¿que se obtiene al mezclar polvo de raíz de asfódelo con una infusión de ajenjo?

hice una mueca y negué con la cabeza.

— no lo sé, señor.

él sonrió, burlón.

— bah, está claro que la fama no lo es todo.

de nuevo risas, joder.

— vale, te doy otra oportunidad. ¿dónde buscarías si te digo que me encuentres bezoar?

de nuevo negué. mas risas sonaron.

pude observar de reojo cómo Hermione tenía la mano alzada, se la veía impaciente por responder.

— parece que no has abierto ni un libro antes de venir aquí, ¿no es así?

si que lo había hecho, había leído un libro en el tren junto a Hermione, pero, ¿cómo quería que me acordara de algo de "mil hierbas mágicas y hongos"?

snape seguía haciéndole caso omiso a la mano temblorosa de Hermione.

— ¿cuál es la diferencia entre acónito y luparia?

— no lo sé, señor, pero parece que Hermione si. ¿por qué no le pregunta a ella?

hablé en el tono más calmado que pude.

— ¡siéntate!

le gritó a Hermione. rápidamente siguió hablando, susurrando como antes.

— para tu información, Potter, el asfódelo y ajenjo forman una poción para dormir tan poderosa que es conocida como "filtro de muertos en vida". el bezoar es una piedra sacada del estómago de una cabra y sirve para salvarte de la mayor parte de los venenos. y en lo que se refiere a acónito y luparia, es la misma planta, pero, tengo otra pregunta.

de nuevo, una pausa.

— ¿por qué no lo estáis anotando todo? ¿queréis ser como potter y no saber responder a 3 simples preguntas?

se produjo un súbito movimiento de plumas y pergaminos. por encima de ese ruido, snape dijo:

— y se le restará 50 puntos a gryffindor por tu descaro, Potter.

— ni siquiera soy de gry-

— menos 50 puntos para gryffindor, he dicho.

slytherin - harco/drarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora