09: ¿Y ESE QUIÉN ES?

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16 día de junio 2020
Maranello, Italia
Charles Leclerc

Que buena forma de arrancar el día, después de habernos dormido todo el breve viaje desde casa hasta Maranello lo primero que hicimos con Andrea fue ir a ver a Zara. En el grupo de WhatsApp del equipo Zara había mencionado que hoy no estaría presente porque estaba de guardia, hoy estaríamos gran parte del equipo en la fábrica.
Apenas al bajarnos del ascensor en el correspondiente piso se escuchaba claramente como de alguna de las puertas de allí sonaba música alta, música de otra época para ser preciso.
Paso a paso íbamos comprobando que este sonido salía ni más ni menos que del mismísimo apartamento de Zara.

Andrea – Son las 9:00 de la mañana ¿Esto es normal Charlo? – Asumo que lo pregunta porque ya me he hospedado por estos lados.

Solo encojo mis hombros y le hago mi cara de no tengo ni idea, y realmente no sé qué estará pasando ahí dentro.

Después de dos fuertes golpes aquella puerta se abre, la música se escucha el doble y vemos como aparece Zara bailando acompañada de una taza que puedo jurar que es café. Se la veía feliz, radiante a pesar de estar recién levantada porque aquella ropa era la que ella la llamaba "pijama", estaba con su pelo suelto y algo despeinado, notoriamente no había pasado aún por un cepillo. Y saben lo que era más fuerte que la música en aquel apartamento, su aroma nuevamente mezclado con café recién preparado, jazmines.

No sé por qué pero ahí me quedo quieto, creo que mi cabeza quiere guardar este recuerdo, esa sonrisa y su humor.
Veo que me estira el brazo y me da su mano, me dejo llevar a ella y cierro la puerta de un suave golpe. Me hace bailar, me hace girar, le devuelvo el gesto. La verdad que con una situación simple había cambiado mi ánimo totalmente, ahí estábamos los 3 bailando, no estoy seguro, pero parecía Bee Gees.

Zara - Buen día viajeros. – Nos dice ella con su voz mañanera, más dulce de lo normal.

Andrea - Tu sí que sabes cómo arrancar el día flaca.

Zara - Y eso que aún no has tomado café. – Vemos que se va hacía la cocina, seguro traerá lo mencionado así que decido seguirle el paso.
Me acerco a ella y toco levemente su espalda baja, aquel aroma a jazmines me abrazo y me derritió. Ella al sentirme se sobresaltó enseguida

Charles - Perdón, solo quería ayudar. – La miro directamente a los ojos ya que ella está haciendo lo mismo, y me regalo una sonrisa tímida. Me pasa las dos tazas de café bien cargadas y rumbeamos hacia la otra habitación.

Zara - Chicos no es que no quiera su presencia aquí, pero ¿por qué vinieron?

Andrea - Sabemos que trabajas, pero no queríamos esperar hasta mañana para saludarte

Charles - Así que aquí nos tienes. – Lo digo demasiado feliz, ya no se esconder como me dejo todo lo recientemente vivido.

Zara - El baile de la mañana no hubiese sido igual sin ustedes.

Vemos que nota la hora y sale corriendo a su habitación, tendría guardia de 24 horas supongo que debe prepararse bien para ellas. Decidimos alcanzarla al hospital así no llegaría tarde, ya que sacar el auto de la cochera que le había tocado era todo un desafío.
Allí se bajó ella despidiéndose con un beso en la mejilla de cada uno, un beso entre tapabocas, la nueva modalidad para ella con su entorno.
Desde ahí mismo partimos a la fábrica con mi gran amigo, Seb es el típico que llega temprano a todos lados así puede recibir a todos, sabíamos que nos encontraríamos con él y podríamos conversar antes de meternos a trabajar.

Dicho y hecho, después de haber doblado unos pasillos nos encontramos a Seb fuera de la sala de trabajo tomando un café.

Seb – Pero hoy va a llover, ¿Qué hacen ustedes dos tan temprano en pie? – Chocamos los puños, los dos para ser exactos, Seb lo hacía a veces ya que sus hijas amaban saludar así.

COMO SI EL DESTINO QUISIESE. Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora