-¿Eres consciente de que ese vine significa mucho?
-No es para tanto Nash, es solo un vine mas.
-No lo es, en él se nos ve demasiado juntos. Las fans van a creer que somos novios y van a empezar a mandarte mensajes de odio.
-Dios..-Digo yo, cayendo en la cuenta de lo que podría pasar.- Le voy a decir a Matt que lo elimine.
-¿Eliminarlo?-Dice y acto seguido niega con la cabeza-Miles de fans ya lo han visto y si lo elimináramos sólo parecería que lo estamos intentando ocultar. Hazme caso, sería peor.
-¿Que hacemos entonces?
-No podemos hacer nada. Solo... Ignora los comentarios. Yo estaré aquí para ayudarte.-Me dice mientras me da un beso en la cabeza.
La apoyo en su pecho, mientras nuestros dedos siguen entrelazados y oigo los latidos de su corazón. Aunque la tranquilidad solo dura unos segundos, ya que la limusina se ha convertido en una gran fiesta con ruedas.
Miro hacia la esquina opuesta y veo a Marina y a Johnson besándose. Miro alrededor para ver sí alguien más se ha dado cuenta pero parece ser que soy la única.
-¿Cuanto queda?-le pregunto a Nash.
-No tengo ni idea, que pasa ¿te aburres?
-No, solo es que tengo muchas ganas de montarme en las atracciones-Le respondo jugueteando con los dedos de su mano.
-¿Te han dicho alguna vez que tienes unos dedos muy monos?-Le pregunto un poco alto, ya que si hablara mas bajo no se oiría por encima de la música.
-No-Dice mientras se ríe-¿Que clase de cumplido es ese?
-Son como mini salchichas, super monoss-Le digo mientras le voy besando los nudillos uno a uno.
Cuando le miro, tiene los ojos cerrados y una gran sonrisa que muestra sus perfectos dientes blancos.
-Te gusta que te soben, eh!
-Tu turno.-Me dice risueño.
-Sorpréndeme. -Le digo soltando su mano y cerrando los ojos.
Noto como su mano se posa en mi pelo y empieza a masajearlo lentamente, lo que hace que me de un escalofrío y que no pueda parar de sonreir,ya que me da una especie de cosquillas a la vez.
-¿Te gusta?
-Me encanta-Le respondo.
Después de unos minutos, para.
-Gracias-le digo sonriendo- ha sido genial.
-Cuando quieras repetimos, me encanta dar masajes, aunque me gusta más que me los den.-Me dice sonriente guiñándome un ojo.
-¿Lleva eso dobles intenciones?-Le pregunto divertida.
-Eso depende de ti.-Me responde riéndose. Es obvio que estamos de cachondeo.