Malas decisiones

Capitulo 22

"Los consejos de Emmaline Williams"

— Escríbeme todos los días Nicholas —lo regaña Holly.

— Está bien vieja —le dice cansado él y cuando se da cuenta de cómo la llamo abre los ojos como platos.

Ella comienza a regañarlo por llamarla así mientras Logan se despide de mi tío y de Gema al igual que Zac. Nick se volvería con nosotros para quedarse en casa de mis abuelos por un par de días.

— Mándales saludos al bicho feo de mi parte —me dice Matt apartándome para darme un abrazo de despedida—, y dile que para las fiestas estaré allí.

Lo abrazo fuertemente con lágrimas en mis ojos. Despedirme de mis tíos nunca es fácil debido a que no los veo contantemente y los volveré a ver en las festividades que ya casi se acercan.

Holly se acerca a mí y me abraza también fuertemente acompañada de Gema quien llora dramáticamente.

— Espero y sigas mi consejo niña —me dice Holly.

— Lo tendré muy en cuenta tía —la abrazo nuevamente.

Nos despedimos de todos y los cuatro nos subimos al avión para emprender viaje nuevamente a casa. Al llegar nuestro padre nos recibe con mucha alegría. Lleva a Logan y a Nick a casa de mis abuelos y yo me duermo en todo el camino de ida a casa.

De repente cuando abro mis ojos me doy cuenta que estoy acostada en mi habitación y que ya es de noche. Bajo las escaleras donde mis padres se encuentran cenando junto a Marcus.

— La adoptada revivió —anuncia Marcus burlesco.

— Que chistoso que estas hermanito creo que quieres un golpe —le digo y el borra su sonrisa al instante.

— Déjense de esos juegos ustedes dos —nos regaña nuestra madre—. ¿Cómo estaban tus tíos?

— Muy bien —respondo a la vez que sirvo pasta en mi plato—. Matt dijo que te mande saludos bicho feo.

Mi padre suelta una carcajada que es combinada con una tos cuando ve el rostro de mi madre aniquilándolo con la mirada.

— ¿Dónde esta Zac? —cambio nuevamente de tema.

— Él se fue con Derek a su casa —me responde mi madre.

Asiento poco convencida y decido comer en silencio para no aportar nada más con ese tema. Veo como mis padres intercambian miradas cómplices y mi madre se gira nuevamente hacia mí.

— ¿Qué? —pregunto curiosa con la boca llena de pasta.

— Marcus nos contó algo —comienza a decir mi padre.

Miro a mi hermano quien está comiendo tranquilamente su pasta hasta que siente mi mirada y me mira sin entender.

— ¿Sales con Nate Myers? —me pregunta intrigada mi madre.

Marcus se atraganta con su comida y yo echo furia por mis ojos hacia él.

— Ahora sí que corre hijo —le murmura mi padre.

Él se levanta de su silla rápidamente y yo lo corro por detrás. Abre la puerta de la entrada para correr por la calle pero yo soy mucho más rápida que él y me le tiro encima para evitar que siga corriendo.

— Solo dije lo que vi el otro día cuando los vi besuqueándose a escondidas —me dice el tratándose de zafarse.

— ¡La idea era que yo lo diga y no tú! —le digo molesta.

Él logra zafarse debido a que es mucho más alto que yo y comienza a correr nuevamente lejos de mí.

— ¡Ven aquí pequeño idiota! —le grito mientras veo como corre.

— Creo que no te escucho rubia —dice la voz de Nate.

Miro hacia en frente para encontrarme en la casa de enfrente a la sonrisa burlesca de Nate. Al darme cuenta de que vio aquella escena me torno de color rojo de pies a cabeza por culpa de la vergüenza.

Le sonrió y me meto a la casa rápidamente sin pensarlo dos veces. Corro escaleras arriba tratando de huir de las preguntas de mis padres como hui hace unos segundos de Nate y la oportunidad de que me diga algo sobre aquel te quiero.

Me adentro a mi habitación y luego de ponerme mi pijama me siento en un sillón cerca de mi ventana para poder leer mi nueva lectura actual.

Siento luego de unos minutos unos toques en mi puerta interrumpiendo mi lectura. Grito que pase y mi madre se asoma por la puerta.

— ¿Marcus regreso? —le pregunto preocupada debido a que salió corriendo en plena noche.

— Hace unos minutos que regreso con Zac ya que lo llamo que lo busque —me responde.

Ella mira atentamente el libro el cual estoy leyendo y centra su atención en mí nuevamente y sé que me quiere decir algo pero no sabe cómo decirlo.

— Lo que sucede entre Nate es algo que todavía sigo sin descifrar —me animo a contarle—. Decidimos empezar todo de cero y cuando le dije que lo quería fue en una tonta llamada y corte sin esperar su reacción.

— Sabes me recuerdas mucho a mi de joven —me dice ella—. Con tu padre tampoco fue nada fácil estar juntos —ella suelta un suspiro como si se estuviera acordando de cosas que vivió—, empezamos como amigos desde niños y luego cuando nos separamos y nos volvimos a ver supe ahí que él era el indicado.

Sonrió mientras ella me cuenta su historia. Mi madre desde pequeña me conto su historia de mi padre y ella desde su niñez hasta que decidieron casarse y tenernos a nosotros tres.

>>— Y mírame ahora estoy felizmente casada con Asher Jones el amor de mi vida—continua y sonrió— Solo debes ser tu mi niña y veras que todo saldrá como tú lo definas —termina su discurso con lágrimas en sus ojos y yo la abrazo.

Nos quedamos así hasta que sentimos a Marcus en la puerta. El ingresa a mi habitación para buscar un cd pero mi madre tira de el para que se una al abrazo. Mi hermano hace ruido de asco pero termina aceptando el abrazo el cual duro unos cuantos minutos.

— Mis niños han crecido demasiado —dice con nostalgia nuestra madre acariciando nuestras mejillas.

— ¿Acaso necesitan un paquetes de pañuelos para el llanto? —pregunta mi hermano y le pego en su hombro ya que arruino el momento triste.

— Tu siempre serás el niño de la casa Marcus —le digo divertida y el rueda sus ojos.

— Lo que me espera liar con el cuándo traiga una chica a casa —me dice mi madre en un susurro pero mi hermano llega a escuchar.

— Todavía sigo aquí —dice mi hermano molesto.

Mi madre se ríe y revuelve el cabello de mi hermano. Tira de su brazo para sacarlo de la habitación y así dejarme sola en la habitación.

Decido seguir leyendo hasta tarde aprovechando mis últimos días de receso hasta que vuelva a la escuela dentro de dos días. Bostezo cuando el sueño llega a mí y me recuesto en mi cama quedando completamente dormida.