Malas decisiones

Capitulo 15

"No intervengas en mi vida Nate"

— ¡Marcus bájate de ahí! —le grita mi madre a mi hermano el cual está colgado del árbol de la cabaña donde mis abuelos dijeron que viniéramos.

— Déjame vieja —le replica el y mi madre se cruza de brazos al instante.

Mi tío Logan me pasa su brazo por mi hombro para abrazarme de lado mientras ambos observamos sonrientes el próximo castigo que se vendrá a mi hermano.

Mi madre lo comienza a regañar y cuando se baja del árbol tira de su oreja y lo sienta en una de las banquetas que hay. Comienzo a estallarme de la risa con mi tío cuando notamos como a Marcus le brillan los ojos.

Mi padre junto a mi abuelo estaban sacando sillas para poder sentarnos todos afuera debido a que hoy era un lindo día hablando del clima. Zac y Finn tratan de ayudar pero mi abuelo se frustra con ellos haciendo que me saque una sonrisa. Patrick en cambio había decidido quedarse en la casa para avanzar con su novela

— Quien me mando a tener tres hijos —dice mi madre en tono cansada.

— ¡Mama! —exclamamos indignados los tres.

— ¡A comer! —grita mi abuela tratando de ignorar todo.

Todos nos sentamos en las sillas correspondientes y mi abuela sirve la pasta para cada uno. Este sábado mi tío Matt no pudo asistir debido a que está en Londres pero me alegro a saber que dentro de unas semanas viajare allí junto a Zac y Logan a visitarlos.

Cuando terminamos de comer mi padre junto a mis hermanos, Finn y Logan deciden jugar un mini partido de futbol así que decido recostarme en la sombra a mirar mi móvil sin motivación ya que no había traído ningún libro para leer.

Miro mis notificaciones y veo como Alice me había mandado varios mensajes que no había visto.

Alice: ¡PUEDES CREER QUE EL IDIOTA DE ADAM ME MINTIO!

Alice: No me engaño pero si cuando comenzábamos antes se veía con la misma chica que hizo el reto pero aun no éramos novios.

Alice: Le pedí un tiempo y ¡se arrodillo para rogarme que no lo dejara!

Alice: ¿Sabes algo de Nate? No contesta mis mensajes desde anoche y no se con quien hizo su reto.

Decido contestarle los primeros mensajes y el último solo contestar que no sé nada de él y luego le contare lo que sucedió con Nate o a lo contrario se enterara sola.

— ¡Asti ven a jugar! —me llama Marcus y yo me paro de mi lugar.

Corro hacia a ellos y comienzo a jugar con ellos y pasar mi tarde llena de risas y regaños de mi abuelo al notar que rompimos una de sus plantas.

Cuando la noche llega volvemos hasta nuestra casa pero antes dejamos a Finn en la suya debido a que tenía que ensayar para una audición en los próximos días.

— ¡Astrid! —grita mi madre desde su espacio donde trabaja en la casa.

Camino hasta el cuarto y la miro desde el marco de la puerta. Todo el lugar estaba con estanterías muy bien ordenadas donde había muchos libros.

Desde pequeña baja por las noches y venia hasta esta habitación donde sacaba los libros que quedaban a mi altura y me sentaba en el piso a devorarlos hasta que mi padre se enteraba y me buscaba a altas horas de la noche.

— Debes llevarle estos documentos a Olivia que los necesita con urgencia para un nuevo diseño —me pide sin quitar la vista de su ordenador.

La idea de ir a casa de los Myers no me resulta lo mejor del mundo después de lo sucedido en la fiesta.

— ¿No puede ir Marcus? —le cuestiono.

Ella despega la vista de lo que estaba haciendo y se levanta de la silla con los papeles en mano.

— Sabes lo que sucedió la última vez que Marcus llevo pedidos —me recuerda y como olvidarlo. Marcus debía llevar unos papeles a la editorial y lo que hizo fue dejarlos en el lugar equivocado donde quedaron perdidos por todo el lugar—, así que ve tú y sin protestas y enojos.

Tomo los papeles que me entrega y ella sonríe victoriosa. Me coloco un abrigo y salgo de la casa rápidamente. Cruzo hacia la casa de los Myers y dudo en timbrar.

Podría pasarlos por debajo de la puerta e irme.

Sacudo mi cabeza concentrándome y timbro sin alguna duda. Espero unos segundos y cuando se abre la puerta para mi desgracia Nate abre la puerta sin camiseta y con su cabello húmedo.

Me quedo mirándolo y se me corta la respiración por unos segundos pero decido disimularlo tosiendo y así poder hablar.

— Mi madre le envía estos papeles a Olivia —le digo entregándoselos.

El me mira y tarda en reaccionar y tomarlos. Ninguno de los dos hace nada más así que decido darle una sonrisa a boca cerrada y darme la vuelta para caminar hasta mi casa nuevamente.

Me giro y comienzo a caminar lentamente pero antes de cruzar escucho su voz a mi espalda:

— Astrid espera —me llama dándome la vuelta—, necesito hablar contigo.

— Se lo que dirás —le digo sin vueltas—. Que el beso fue un error, que no vuelva a suceder y que es mejor que nos alejemos.

El abre su boca y la cierra sin saber que decir.

— ¿Puedo irme? —le cuestiono por su silencio.

— En realidad no iba a decir eso —me responde y mi corazón se para por unos segundos—, solo fue un beso por estar ebrios, eres la mejor amiga de Alice y sería raro que estemos juntos. Además no quiero meterte en mi mundo Astrid y solo debemos ser como antes.

— ¿Quieres que te siga odiando acaso? —le pregunto—, porque en el fondo nunca deje de hacerlo Myers.

— Si —responde y frunzo el ceño.

Suelto una risa y el me mira raramente.

— Eres un imbécil Nate —digo fríamente—, ese beso paso porque ambos queríamos y si piensas que estaré detrás de ti estas muy equivocado más después de que huiste como un cobarde de la habitación para que Derek no piense nada —sigo mi discurso y el escucha atentamente—. Ni Alice ni nadie opina sobre mi vida amorosa y menos meterse.

El sigue mirándome atentamente sin perderse ninguna de mis palabras.

>> ­— Y por último si decido meterme en lo que llamas tu mundo será decisión mía y créeme Nate eso dentro de mis planes no aparece —me doy nuevamente la vuelta sin ver su reacción y me adentro rápidamente a la casa.

Subo a mi habitación entre murmuros de enojo y me recuesto rápidamente para relajarme y dormir.