Capitulo 2

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"La fiesta y el descontrol"

Después de pasar por Starbucks y comprarnos nuestras bebidas frías favoritas volvimos a mi casa.

En el camino mi tío me platico sobre su viaje a toda Europa y yo me quedaba fascinada de la manera que el relataba. Él se dedica a eso gracias a su profesión.

Mi tío Logan es el hermano menor de mi madre; el al cambio de mi madre y mi otro tío Matt decidió estudiar turismo y relaciones internacionales siendo así que viaje por todo el mundo gracias a su trabajo.

Cuando llegamos a la casa subo escaleras arriba para poder darme una ducha rápida para quitarme la pintura y ponerme ropa cómoda para estar en casa hasta que Finn me busque para ir a la fiesta.

Bajo las escaleras y encuentro a mi madre platicando con Logan y mi hermano Marcus sentado al frente de la tele sin ningún rastro de alegría en su cara.

Decido sentarme a su lado y poner una película cualquiera en la tele. Todo iba bien hasta veo como el suspira a mi lado.

— ¿Qué te sucede Marcus? —le pregunto interesada.

— Mañana es sábado —responde sin ánimos—. Es decir sábado en familia.

— Me rompiste el corazón niño —dice Logan sujetándose su corazón dramáticamente dolido—. Pensé que era tu tío favorito.

— Eso se lo dice a todos —le digo yo y mi hermano me pega en el hombro con su pie— ¡Ey que te pasa adoptado!

Mi madre se acerca con una tarta de moras y cafés para todos pero se detiene al ver que mi hermano y yo entramos en una mini pelea de patadas sin dolor.

— Dios dame paciencia —dice ella al llegar a nuestro lado. Nos separa y nos ve con desaprobación—. Parecen dos niños de seis años.

Yo y Marcus nos reímos y pusimos una última película para poder ver los cuatro juntos. Perdí la noción de mi tiempo escuchando a mi tío hablar de cómo se enamoró en Italia y luego en Francia.

Pego un mini grito haciendo que todos me vean con extrañez y subo las escaleras hacia mi cuarto a toda velocidad. Pero en el trayecto me choco con alguien haciendo que me pegue en el pie.

Cuando levanto la vista veo a mi hermano con cara dormida y con unas ojeras de una noche entera sin dormir su aspecto tampoco es bueno. Al lado de su mejilla se nota un moretón aun rojo.

— Hola —me saluda el pero lo ignoro—. ¿Le dijiste a mama lo que te dije?

— Si y será la última vez que te cubra Zac.

— Es por su bien Asti —responde—. No quiero que se entere de ese mundo ¿entiendes?

— Lo que entiendo es que eres un mal hijo —respondo secamente—. Y no me llames más Asti.

Con eso dicho lo paso por al lado y me encierro en mi cuarto con la música al tope para olvidarme de todo y poder alistarme para la fiesta.

Decido planchar mis pequeñas ondas del final de mis puntas para que quede todo totalmente lacio; en mi ropa decidí ponerme una pollera negra pegada al cuerpo con un cinturón y una blusa brillosa color rosa palo arriba.

En mis pies decidí ponerme mis zapatillas blancas porque no aguanto los tacones y en mi rostro solo aplico un poco de corrector en mis ojeras, un labial rojo mate y con un poco de rímel en mis pestañas largas.

La bocina de un coche se hace presente en la casa y con mi pequeño bolso de mano donde metí todas mis pertenencias bajo a la sala nuevamente.

Al bajar me doy cuenta que mi tío se está instalando en nuestro sofá para dormir ya que hoy pasara la noche aquí. Mi padre se encuentra platicando con el junto a mi madre la cual sostiene amorosamente de la cintura.

Malas decisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora