Publicidad Engañosa (Capítulos finales)

Viajes fisicos y espirituales (2)

Francesco se había ofrecido a ir a dejarlos hasta el hotel Terramar y aquella chica llamada Roniv les había enviado a decir con la recepcionista que debían esperarla un rato.

— Podríamos bebernos un trago en la terraza ubicada en la piscina mientras tanto —Propuso Francesco— ¿Que les parece?

— Me parece una excelente idea, maestro —Dijo Rob Irwin.

— Yo necesito ir a comprar cigarrillos —Dijo Mak Savicevic—. Voy y regreso.

— Te acompaño —Le dijo Reno Cauldfield.

— Vamos por mientras —Dijo Francesco, apuntando hacia la zona en donde estaba la piscina— ¡Ahí los esperaremos con un buen trago tropical y refrescante!

Mak Savicevic salió hacia la calle frenéticamente apurado y Reno Cauldfield lo siguió.

— Tengo que contarte algo, Mak —Le dijo  Reno—. No sé como hacerlo, la verdad.

— No entiendo de qué hablas.

— Lena Smith quiere que vaya a su casa a tomarle fotos en lencería. Dice que es para la portada de su obra.

Mak Savicevic sonrió casi con maldad.

— ¿De qué te ríes? —Le preguntó Reno.

— Me río porque tal vez vayas a tener que prepararte —Le dijo Mak—. Eso me huele a excusas para tener posibilidades de follar contigo.

— ¿Lo dices en serio?

— Muy en serio, Reno. Ahora más que nunca, considerando que va a cerrar la academia.

— ¿Y tú?

— ¿Yo qué?

— ¿Qué es lo que piensas hacer? ¿Vas a abandonar Castlebar después de esto?

En eso Mak Savicevic pensó en Kate Miller, quien era nativa de ahí. Recordar aquellas fotografías que le había enviado en la madrugada lo hicieron reconsiderar la idea.

— Aún no lo sé —Dijo Mak— ¿Por qué?

— Tengo entendido que allí en Manchester tenias una banda de rock. Podríamos hacer música juntos si es que quieres. Si mal no recuerdo, una vez me dijiste que habías pagado el alquiler por un año.

— Hay que evaluarlo todo —Dijo Mak—. Lo importante es considerar el presente y en estos momentos el presente es la competencia.

Llegaron hasta una pequeña tienda de ultramarinos en la cual Mak Savicevic logró adquirir su vicio.

— ¿Y? —Preguntó Mak Savicevic— ¿Como te sientes tú?

— Me tiene nervioso la cita con Lena Smith —Dijo Reno—. La otra vez estuvimos a punto. El problema es su novio.

— Quizá sea tu última oportunidad —Dijo Mak—. Deberías ayudarla, mal que mal nosotros ya estamos listos.

Mak Savicevic volvió a reirse maldadosamente ante la boca de Reno, quien como casi siempre se estaba mordiendo las uñas.

En eso llegaron hasta la terraza del hotel Terramar, donde notaron que tanto Hakan Mastourí como Rob Irwin estaban algo más distendidos conversando con Francesco bebiendo unos tragos con frutas y hielo y bastante ron.

— ¡Asiento! —Exclamó Francesco–. Pedimos el mismo trago para todos.

Reno Cauldfield le dió inmediatamente un buen trago a aquello.

— ¿Que pasa? —Preguntó Mak– ¿Como están esos ánimos?

— Aquí —Dijo Rob Irwin—. Enfocado en la competencia que todo indica que va a ser mañana. Aún así estoy pensando en que va a ser mi vida de aquí en adelante.