Viajes físicos y espirituales (13)

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Aicha trabajó poco rato y daba unas enormes muestras de estar ocultando su cansancio. Era insistente con el tema y lo hacía con entusiasmo, pese a que le faltaba técnica según Hakan Mastourí. No movía la lengua, solo la cabeza, así como si su garganta desease ser penetrada sin mucho esfuerzo por parte de ella. A Hakan Mastourí jamás le gustó eso de que intentarán llevárselo hasta la garganta. 

— Calma —Le dijo—. No es necesario. Si quieres lo dejamos aquí.

— Que raro. Por lo general hago acabar a los hombres rápidamente.

— Tienes razón. El problema soy yo.

Hakan Mastourí se preguntó que es lo que haría su ex novia con esa erección
Maravillas, se respondió, mientras volvía a imaginarse que miles de hombres se estaban turnando para penetrarla. Aicha pasó su lengua por el glande, torpe y circularmente. 

— O tal vez soy yo —Dijo Aicha— Tal vez eres de esos a quienes les gusta que se lo chupen lento.

— ¿Por qué te cuestionas tanto esas cosas? —Preguntó Hakan, extrañado.

— Siempre me lo cuestiono todo. Te podría contar muchos cuestionamientos más.

— ¿Sí? ¿Como cuáles?

Mientras hablaba, Aicha sostenía aquella cosa, aún ni cerca de querer disparar, pese a lo que fuese. A Hakan Mastourí casi le estaba doliendo.

— No te quiero contar todo, perdería la magia. Lo único que sé es que ella no tiene lo que tengo yo.

—  ¿A que te refieres?

— No me gusta que pienses que soy mala en esto, sé lo que estás pensando.

Acto seguido Aicha puso aquella cosa entre sus tetas. Era mucho más lo que presumía que el placer que proporcionaba. 

También Hakan Mastourí reconocía que él no ponía mucho de su parte.

— ¿Te han hecho algo como esto alguna vez? No creo que tu ex novia haya intentado hacerte esto.

La risa de Aicha era horrible cuando precedía de mencionar a su novia o ex novia, con quién parecía tener una especie de obsesión.

— No sé qué decir —Respondió Hakan.

Nuevamente se la echó a la boca moviendo nada más que la cabeza a través de movimientos lentos. A veces le pasaba a llevar con los dientes y me hacía un poco de daño a Hakan Mastourí, quien estaba cada vez más desesperado.

De todos modos reconocía que él era el culpable, puesto que faltaban los besos, cuya ausencia de ellos impedía que llegara a excitarse realmente. Además que Aicha no le gustaba.

Luego volvió con sus bruscas técnicas, las cuales lo tenían más que fastidiado. Decidió rendirse.

— Buenas noches —Dijo Hakan.

La erección seguía ahí. Era terrible. Aicha encendió un cigarro y quedó ahí, desnuda en la cama. No tenía ningunas intenciones de apagar las luces o de clausurar definitivamente aquel penoso espectáculo.

— ¿Que va a pasar? —Preguntó ella.

— ¿Con qué?

— Tengo un problema. La verdad es que no se mentir.

Aicha se puso de pie y buscó su vestido. Desde su posición Hakan Mastourí notó como quería ocultar sus estrías. Le dio absolutamente lo mismo. Se echó al lado de él, nuevamente a la altura de su erección. Seguía hablando. No le gustaba cuando hablaba.

— ¿Que vas a hacer, francesito?

Volvió a imaginarse a su ex novia siendo penetrada por miles de hombres. Dijo:

Publicidad Engañosa (Capítulos finales)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora