Cap 14

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Y vaya sorpresa la que se llevó, caminó directo hacía aquella botarga bailarina que revoloteaba como mariposa mientras cantaba con una muy mala falsa voz aguda. Nunca vio a los niños tan animados y felices compartir con alguien y no era exactamente por su estado de ánimo, sino porque nadie visitaba aquel desolado lugar.

Se detuvo al reconocer el rostro que con anterioridad le daba la espalda, Beomgyu se acercó a él para contarle acerca de lo sucedido.

— Tiene una par de semanas de estar viniendo a verlos, trae regalos y se sienta en aquella piedra a esperar a alguien que nunca llega. — Habló Choi acomodándose a un lado de este. — Y aunque no quiere que te diga creo que es mi obligación. — Dijo serio a lo que Seungmin fijó su vista en el rostro de su compañero.

— ¿Sucedió algo malo? — A decir verdad ni siquiera él mismo lo creía, no esperaba que el tipo ese actuara de mala fe.

— Todo lo contrario. Ha traído alegría y algunos víveres suficientes para todo este mes, en serio quiere hacerlo bien, pero dejando este tema atrás ¿No deberías estar en casa reposando? — Sonó preocupado.

— Debería, sí. Pero ahora necesito despejar mi mente y no hay nada mejor que visitar a mis niños.

Seungmin decidió esperar para poder hablar con aquel hombre que estaba comenzando a convencerlo y no solo por el hecho de estar ahí, sino por su perseverancia, era admirable hasta cierto punto.

Hwang Hyunjin de verdad estaba buscando una solución para enmendar su error, no bastaron las flores y muchos menos los felpudos inservibles, todo eso había sido una completa pérdida de tiempo y dinero.

Por más que pensaba aún no encontraba la solución hasta que su asistente le recordó de una compra de materiales de construcción. ¿Destino? ¡Dios! Esperaba que fuera una buena señal. Llegó cada uno de los días de esa semana con una excusa barata, no era tonto, cualquiera podía darse cuenta que al centro le hacía falta demasiadas cosas (empezando por la comida) no entendía el afán de Seungmin por sacar ese mugre lugar adelante.

Ese pensamiento le duro demasiado poco pues al tercer día su corazón sufrió un estrujamiento al ver a un viejito compartir la cuarta parte de un pan viejo con todos los niños que le rodeaban, tampoco diría tan rápidamente que su nada amable corazón se sentía listo, pero lo intentaría al menos.

Conforme pasaban los días se podía dar una idea de lo que el castaño y su compañero trataban de hacer con este sitio, ya no se sentía tan obligado pues venir de un mundo bajo te demuestra lo duro que puedo golpearte la vida, ya le nacía ayudar aunque el trato con el prometido de su amigo estuviera roto, además necesitaba disculparse personalmente y con lo mucho que conocía a Seo se daba la idea de que este no cuidaría del todo a Seungmin, incluyendo que esto de la fundación era parte fundamental para su accidentado chico, era segura su visita.



[...]



Una vez repartido cada plato con comida saludable se quitó la parte de arriba del traje de mariposa y en cuanto se giró se encontró con aquel fracturado rostro con ojos atentos a todo lo que hacía, sintió unas ganas inmensas de abrazarlo y decirle que todo era por su culpa, pero no debía, por ahora solo debían hablar.

— Señor Hwang. — Otra vez Seungmin regresaba a hablarle con respeto y no, no le agradaba en nada que lo llamara como si fuera un viejo.

—¿Podemos hablar?

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