Cap 23

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Después de que los señores les dirigieran miradas reprobatorias a los dos hombres pasaron a conocer a la persona que esperaba por ellos sin embargo al momento de llegar ante la mujer solo se saludaron y no hablaron nada acerca del contrato.

Hablando del contrato... Aquella reunión no era exactamente para solamente firmar, era una competencia de lobos, de personas interesadas en quedarse con el negocio del año.

Había personas de todos los continentes habidos y por haber, desde los más elegantes hasta los más desaliñados. Todo aquello era una subasta al mejor postor, todos los presentes estaban interesados en recibir aquella gran inversión, el problema era que por muy millonarios que fueran no significaba que su empresa contara con la rentabilidad necesaria para contar con un negocio de tal magnitud.

Después de todo quien tiene el oro hace la regla.

Hyunjin y Seungmin tenían mucho de que hablar respecto a negocios sin embargo no podían hablarlo en frente de todos los presentes.

— Bienvenidos sean todos a ésta fiesta inaugural del futuro negocio de oro. — Momo hablaba por un micrófono en un pedazo de tarima no tan alta — primero escucharemos unas palabras de la señora Irene.

La señora hablaba en inglés porque no sabía otros idiomas además de los principales requisitos estaba hablar inglés para poder aplicar a este viaje. Hyunjin solo miraba a Seungmin para que este le dijera la traducción. Seungmin atento a lo que decía la rubia mujer le susurraba a Hwang la traducción y algunas sugerencias para aquel punto tocado.

Llegó el punto de nombrar a las empresas y sus representantes. Uno por uno era llamado con sus respectivas parejas — Porque sí, era necesario que fuera la pareja más eficiente de toda la empresa — cada persona se levantaba y hacía alguna muestra de cariño con sus parejas, demás estaba decir que no solo Hyunjin y Seungmin actuaban.

Hyunjin estaba nervioso porque aún no llegaba el turno de ellos y si eran la pareja final tendrían necesariamente que hacer algún numero que luciera completamente real para poder sobresalir.

— Jaemin y su asistente, padre de sus hijos, Renjun.

Jaemin besó la mano de Renjun y ambos se obsequiaron una sincera sonrisa, o eso parecía.

Todos aplaudieron porque ellos lucían demasiado real, eran una de las parejas más fuerte de ésta competencia.

— Y por supuesto, representando Genius Lab una de las principales distribuidoras de maquinas de construcción más importante de toda la ciudad. El señor Hwang Hyunjin y su futuro esposo Kim Seungmin, su asistente y prometido.

Hyunjin no se inmutó, los nervios no lo dejaban moverse o reaccionar al llamado, no sentía los puntapiés dado por su compañero, ni la uñas enterrándose en su pierna hasta que sintió la mano de Seungmin apretando a su amiguito para que reaccionara de una buena vez.

Mala idea eso solo lo encendió.

Se levantó entre aplausos levantando con él a su "prometido" Kim Seungmin y le dirigió una mirada de aquellas que tenían los lobos antes de devorar a su presa. Posó su brazo alrededor de la cintura del castaño y lo apegó a su cuerpo con recelo, acercó peligrosamente sus labios a la boca durazno de Seungmin, pero no lo besó, solamente lo rozó y sus labios tomaron otra dirección, exactamente a su frente.

La mujer anfitriona estaba emocionada, definitivamente amaba su trabajo puesto que la paga y el entretenimiento era lo mejor.

Después de las presentaciones y demás formalidades cada persona se dirigió a sus respectivos cuartos, pero Seungmin decidió que era buen momento para bajar y tomar un trago. Necesitaba urgentemente sacar el pensamiento de haber venido para ser una carga. Necesitaba dejar de cuestionarse a si mismo el propósito del viaje. Tenía que estár claro que solo venía por negocio y que no importaba cuanto estuviera sintiendo junto a ese maldito pelinegro. Aunque compartir cama no ayudaría en nada, por hoy quería relajarse y dado que no había cosas para limpiar una copa de vino no estaba nada mal.

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