Cap 24

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Dormir sería lo último que harían. La comodidad de la cama era buena pero el espacio era demasiado reducido al punto de juntarlos lo que fuera posible.

Seungmin seguía en bóxers y sin pegar un solo ojo, por su parte el señor Hwang estaba en aquella incomoda silla rebuscando la manera geométrica de que su trasero o otra parte no pegara con el de Seungmin.

Seungmin continuaba enojado y esta vez no se las pondría fácil al socio gruñón, lo volvería loco si era posible, todo debido al trato que él consideraba injusto hacía su persona.

— ¿Qué esperas para venir a la cama? — Seungmin habló bajo.

— ¿Sabes que dormiremos incómodos? — No es así. Estoy casi seguro que si dormimos de un lado entonces quedaremos bien. — aseguró.

Hyunjin asintió quitándose la camisa que traía puesta quedando solo en pantalones para dormir. Seungmin rogaba porque la boca no se le abriera de más. Ver aquella piel lechosa era una fabulosa exquisitez pero querer lamerla era un pecado. Es que Hyunjin no era la definición de "hombre musculoso", pero lo que tenía no estaba nada mal, era imposible de cierta forma no compararlo con Seo porque Changbin tenía el cuerpo demasiado bien definido pero el pelinegro tenía unos músculos suaves pero resistentes, abdomen trabajado y una linea marcada que era tapada por los pantalones. Un hombre de ensueño.

Seungmin aprendió a no fijarse en el físico o escala económica, eran y son cosas irrelevantes, pero con Hyunjin era difícil mantener su palabra porque además de ser un hombre admirable y grosero, era todo un hombre deseable.

Y de eso se dio cuenta desde la primera reunión, cuando al entrar el que robo mirada fue Hyunjin y no él. Esos malditos hombres infieles le coqueteaban sin descaro a pesar de tener junto a ellos a sus "parejas". Sin duda alguno eso no volvería a pasar y de eso se encargaría él mismo.

Hyunjin se acostó en la cama apagando la luz en su camino y ambos brazos entraban en contacto, nadie la alejó de su lugar.

— Estás cruzando mi lugar. — le señaló seungmin — desde donde está mi dedo chiquito es mi lado y el resto es tuyo.

— ¿Qué? ¿Es decir que solo me pertenece la cuarta parte de la cama? — le reclamó un poco ofuscado por el pequeñísimo lugar.

— No, no no... — agitó su cabeza — Bueno sí, pero porque lo mereces.

— ¿Tengo que recordártelo de quién han sido los errores?

— ¿Vas a seguir con eso? Si es así mejor cállate y déjame dormir que no tengo ánimos de discutir.

Hyunjin solo hizo silencio puesto que él tampoco quería discutir. Quedaron en silencio alrededor de unos 10 minutos.

Seungmin se acercaba al pelinegro casi apoyando su cabeza en el pecho de Hyunjin. Éste solo observaba asustado por ese movimiento tan repentino.

— ¡Hey! ¿Ahora quieres que te abrace? ¿Eso quiere el bebé? — bromeó Hyunjin.

— ¡Ja! No me hagas reír porque se me sale el pedo y ahí si dejarias la cama vacía. — Seungmin no sabía de donde estaba saliendo aquella actitud así que de seguro el responsable era el vino.

— Eres un cerdo. — Hyunjin se movió, un poco feliz por entrar un poco más en confianza.

— No, ven y abrázame. — Seungmin lloriqueó para que aquel desalmado pelinegro no se separara.

— Seung...

— Seung nada, de verdad necesito un abrazo. —Hyunjin no podía negarse a cualquier petición hecha por el castaño así que se pegó más a él.

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