Parte7: El refrán es aplicable

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No podía creerlo cuando el aroma a roble entró en mi nariz. Sentí escalofríos cuando noté la presencia y el aroma detrás de mí. Algo recorrió mi espalda e inmovilizó en mi lugar, con dificultad después de ese breve lapso de tiempo me moví mecánicamente temblando y mi respiración agitada.

"Román, ven, él es mi papá" en cuanto di frente al alfa lo note.

¿Una clase un viernes a las 18 hrs? Seguro piensa que soy un idiota.

Nunca había tenido un indicio de celo desde la vez que sentí el mismo aroma hace casi dos años... ¿Entonces yo era el omega recesivo? ¿El omega del que hablaba su padre? Un error mío lo más probable y esto sólo debía ser un juego de mi mente al ver después de tanto al mismo tipo que me había gustado hace años.

Pasaban de las 3 de la madrugada, el teléfono había estado timbrando sin cesar hace algunos minutos. El dolor era tan intenso que preferí ignorar todo y acurrucarme en mi cama.

No tenía supresores, no tenía nada para el dolor, ni siquiera sabía qué hacer en un momento así. Nadie habla de lo que se hace en estas situaciones aparte de tener sexo. Mis compañeros eran alfas y para ellos yo era un beta. Un maldito beta que se estaba lubricando solo por la presencia de un alfa. Alfa que era el papá de uno de mis alumnos "lo haces genial Román, cada vez te superas a ti mismo"

Unos golpes nada fuertes pero constantes resonaron en mi apartamento. De seguro era algo importante para que vinieran a esta hora.

Sin embargo, no había nada tan importante, ni familia o pareja que pudiera necesitar de mí a estas horas. Sentí algo de temor, los omegas constantemente tenían mucha seguridad en sus puertas cuando vivían solos.

Siguió tocando la puerta y durante un tiempo dudé si era buena idea seguir ignorándolo o levantarme y abrir. Me decidí por la segunda. Con la incómoda necesidad de follar y tomar diez mil pastillas para calmar el dolor en mi vientre bajo.

Lo cual sería suicidio por intoxicación. "cómo soportan esto los omegas todos los meses" dije alto cuando llegué a la puerta.

Bastó dejar mi mano sobre la perilla de la puerta sin abrir para sentir el aroma a feromonas que venía desde el exterior, ronroneo mi pecho absorbiendo desesperado el olor.

"¡Lo siento! Estoy enfermo no puedo atender ahora"

Grité detrás de la puerta con mi cuerpo completamente tembloroso. Me regañé internamente pensando que podía ser algo importante para que el mayor estuviera aquí.

"abre, sé que no estás enfermo"

Un sonido sordo se sintió desde el otro lado. Me asomé a la mirilla y solo vi un remolino de cabello oscuro del otro lado.

"puedo escuchar tu respiración sabes, si te incomoda mi presencia puedes solo escuchar"suspiro pesado, tanto como para escucharlo a través de la puerta." el bebé está por nacer, gulf ya fue al hospital "

" no puedo ir ahora... "murmuré soportando el dolor en mi vientre bajo" en cuanto me encuentre mejor iré a verlo"

"¿Es tu celo? ¿Eres tú verdad? Te vi hace años y te escapaste muchas veces de mi"

"no me escape..."

"Claro que sí, vivimos en el mismo edificio y durante un año no te volví a ver" nuevamente se escuchó su respiración pesada "¿es por mi? ¿No te agradan los alfas? No voy a forzar mis sentimientos sobre ti así que puedes estar tranquilo"

¿Qué sentimientos? Nos vimos un par de veces, el resto es pura biología e instinto.

"maldición, se que crees es pura biología e instinto pero en verdad te reconocí dentro de mi cuando te vi, nunca me sentí así por nadie "

PurpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora