Parte 12: Púrpura

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Quité las manos que rodearon mi cuello tratando de apartarlas de mi con molestia. Ya estaba cabreado desde la mañana y ahora me tocaba lidiar con tae. No tengo idea de cuántas veces debería repetirle que ya no quiero nada con él. No quería que su apestoso olor borrara la presencia de gulf en mi.

Celos, ansiedad, estrés, ira: los sentimientos son horribles.

Mi lobo gemía desconsolado pidiendo la presencia del omega desde que me marche haciendo una rabieta igual que un niño. Yo tenía un pasado horrible pero porque se sentía tan mal que gulf hubiera tenido sexo con otro alfa algunas veces. Cinco meses, ocho meses, un año de noviazgo es bastante tiempo para que alguien tenga todo tipo de actividad sexual con su pareja, le creí a roman como un idiota y aun así no tenía nada de que quejarme; yo era el peor ejemplo de lo que una persona promiscua puede hacer.

La noche estaba que congelaba y yo solo quería entrar en mi casa, tomar mi laptop, beber café y hundirme en la misería de mi propia verguenza por actuar como idiota cuando por fin tenía una oportunidad.

"Vamos mew, porque de la nada quisiste terminar" Habló el beta rodeando mi cuerpo nuevamente. Cansado deje caer los brazos sin reaccionar a sus avances. Cansado de apartarlo sin resultado.

"por favor, nosotros nunca fuimos una pareja, ni siquiera había exclusividad entre nosotros"

Escupí las palabras con molestía, ahora puedo entender un poco cómo se sintió gulf todo el tiempo sintiendo los distintos aromas en mi cuerpo durante los meses que vivimos juntos.

Si él hubiera llegado durante esos meses con el aroma de otros alfas a la casa seguramente habría cometido una locura.

-"necesito disculparme por la forma que me fui, debería haber esperado que se calmara"- Un gimoteo bajito se escuchó desde la parte más oscura del estacionamiento, Tae aún colgado de mi cuerpo vio en dirección a donde provenía el ruido y la ola de feromonas tristes que el beta no podía sentir me hizo lanzarlo al piso para apartarlo.

"¡auch! ¿Mew? ¡qué demonios te pasa!" grito el beta pero yo de dos zancadas ya había llegado al tembloroso cuerpo de gulf que gemía bajito mientras lloraba. Lo tomé en brazos dejando que sus pies colgaran a mis costados "Bebé, ya no llores, para, gulf" no había forma de hacer que me viera y su cuerpo no dejaba de temblar.

Entre con él al ascensor, caminamos por el largo pasillo del cuarto piso donde solo se oían mis pasos y sus sollozos, hasta llegar a mi apartamento, sus brazos estaban atados a mi cuello pero continuó llorando.

Lo senté sobre el sofá y me acuclille entre sus piernas.

"Vamos gulf, déjame ver tu rostro"

Sorbeteo como un niño pequeño, su nariz estaba roja cuando descubrió su cara, alargó el brazo y escondiendo sus dedos en la manga, pasó la parte de la prenda por su nariz y mejilla. Baje su mano para que dejara de rastrillar con torpeza la zona y limpie con el pulgar el borde de sus ojos. No dejaba de dar largos y profundos suspiros mientras trataba de regular su llanto.

"Para de llorar bebe" rogue con voz suave.

Su rostro enrojecido y malhumorado me alertó un poco. Empuño ambas manos semi ocultas en los bordes de sus mangas sobre las rodillas, como si se preparará para un sermón, y claro: ahí venía.

"Yo dejaré de llorar cuando yo quiera, si quiero llorar lloro y ahora quiero llorar" Gimió una vez más y cubrió su rostro con ambas manos nuevamente "Eres un infiel, te detesto, vete"

"No puedo irme, está es mi casa" hable calmado, quise reír varías veces pero seguro se enojara más. Sabía cómo es su personalidad, en el matrimonio de nuestros padres lloró porque le cayó un pastel sobre la ropa y cuando me reí lloré más fuerte. Las risas en momentos tensos donde él llora están prohibidas.

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