Parte 28: Malas decisiones

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"Jejee em... Creo que ví venir eso desde que salió el tema de las fotos"

"Ese mew, debí traer a su agente, es el único que puede hacerlo trabajar de forma adecuada"

"Ya, ya, es normal, están todos hormonales" Dijo mild despreocupado "Esos dos la han tenido dificil, apenas y tienen sexo porque pierden muchos tiempo peleando"

"No pelean, mew es demasiado inseguro y gulf muy decidido" Aclaró su novio viendo a mild asentir con los ojos cerrados.

"Si... Pensé que al menos podría conocer mejor a su novio en una cena"

"Bueno, tendrás más oportunidades de seguro, ahora que el trabajo está terminado podríamos ir a cenar los cuatro"

"Bueno, no es mala idea, mild ¿cierto? ¿se animan?"

"Lo siento me encantaría pero este chico "golpeó el pecho de su alfa" tampoco trabaja si no pongo limites así que lo obligará a terminar el trabajo hoy"

"¿Tul?"

"em, ¿los dos solos?apenas nos conocemos, mejor un día coordinamos algo todos juntos" Puse mala cara pero no repliqué. Si bien me sentía extrañamente atraído por el joven fotógrafo, no me van los chicos omegas.

Aunque durante las pocas horas que pasamos juntos me imaginaba unas cuantas veces en arrastrarme sobre él en la cama del segundo piso. Sacudí la cabeza en su dirección "Está bien, pero la próxima vez debes acompañarnos ¿si? " El omega sonriendo nos dio una respuesta afirmativa mientras nosotros comenzamos a despedirnos,

El resto del equipo salió a la par nuestras. Tul nos despidió sin despegar la vista de mi desde la puerta y en cuanto encendí el auto vi su figura desaparecer dentro del galpón.

Afirme el rostro sobre el volante conteniendo mis propios impulsos de correr y no sé, pedirle o rogarle por sexo. Como orden primaría de la parte más primitiva de mi cerebro, solo respondiendo a mis instintos y obedeciendo a lo que el omega me dijera. Partí el automóvil, y con molestía puse el acelerador.

En el camino vi el automóvil de mew aunque hace más de una hora se habían marchado. Maldije con más furia en mi interior -"Mierda, ni siquiera aguanto llegar a casa"- Envidioso me respondí a mi mismo. Eres tú el que se imaginó llenando de tu esperma al bonito omega hace unos minutos.

Conduje hasta mi casa, tomé la bata de la puerta del cuarto, cogí una toalla y entré al baño. Podía sentir caliente todas las palmadas que el omega confianzudo dio en mi hombro y espalda, calor en cada roce que tuvimos.

Me masturbe a ojos cerrados dejando que el agua que corría de la regadera se llevará cada orgasmo que propulse contra la baldosa de la ducha. Aun así no bajó en ningún momento la excitación.

Al salir del baño lo primero que hice en vez de vestir con la bata fue buscar entre los contactos de mi teléfono algún compañero pasajero que pudiera contestar y estar disponible. Para mi suerte una chica que había conocido en un bar hace algunos días contestó de inmediato al marcar y en menos de 30 minutos ya estaba tocando la puerta del apartamento.

No le di tiempo de continuar quejándose sobre cómo los días siguientes al primer encuentro ignoré cada llamada y la arrastre hasta la primera superficie firme que encontré y la folle, después de una primera vez sintiendo nada satisfecho lleve su cuerpo endeble al cuarto y acto seguido repetí un par de veces hasta que se durmió o quedó inconsciente.

Durante el resto de la noche no pegué ojo pensando en el omega, nunca podría fijarme en un hombre, por más omega que fuese es inimaginable sostener una relación con un omega y difícilmente él quiera tener una noche casual conmigo, ni siquiera me atrevería a pedírselo. Si bien en alguna situación he tenido sexo con hombres ha sido por motivos de fuerza mayor de los cuales tampoco estoy muy orgulloso.

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