Purpura

Parte26: Cerca y lejos, quizás...

"No más juegos, cuéntame qué te sucede. Desde hace más de un mes que estás así, no me hablas, no me tocas, ni siquiera me miras, sé que tienes toda la entretención que quieres ahí fuera pero lo mínimo es que me trates mejor, que me mantengas bien, en algún momento nos casaremos y no puedo parecer una mendiga, ya estoy mendigando tu atención, no puedo mendigar también por dinero"

"Ya te dije, es demasiado trabajo sólo eso, bien que puedes trabajar, no tenemos hijos, no tenemos sexo, ni siquiera vivimos juntos, en que sentido tengo que mantenerse ¡Explicame!"

Al no obtener más que un rostro furioso como respuesta, max se levantó de su sofá blanco en medio de la sala del espacioso departamento de la mujer. Pensó que cada vez que visito el lugar en los últimos dos años, si aun podía pasar un agradable momento con esa chica, pero no. Ella simplemente se sentó en el suelo quejándose de como no tenía saldo en la tarjeta que solo hace un mes había pagado él mismo. Gasto todo en cosas inútiles.

Él sabía bien qué debía hacer esto de mejor manera, en algunos movimientos en su teléfono y aplicaciones cortó todas las cuentas e ingresos que le facilitó a la mujer. Dejando un mensaje de "se acabo".

Logró oír el grito desde la calle y se apresuró a llegar a su automóvil.

Max pasó las manos por su cuello, y era cierto. ¡Maldición, que era cierto! El alfa había perdido por completo el interés en su ahora expareja de más de cuatro años. El joven director de la editorial que durante los últimos seis años había hecho subir en éxito tras éxito la empresa que sus padres le entregaron como un pequeño brote; ahora era un enorme árbol y seguía entregando frutos, cada vez más.

Mientras conducía de camino a la oficina recordó que en más de una ocasión en estos cuatro años se había negado a las insinuaciones de la chica, está insistió en contraer matrimonio o una marca, mientras max solía salir a divertirse por ahí con otras personas, ella planeaba formas de gastar su dinero, de obligarlo a casarse, de mantenerlo vigilado. Sí, la mujer sencilla y adorable de hace cinco años había desaparecido, alargaron esta relación por un estupido sentimiento de culpa por la pérdida de un cachorro, pero ahora ya no dio más.

En cuanto bajó fuera del edificio ya podía sentir la suave brisa de liberarse de esa atadura que hasta ahora, pensó; nunca fue amor, solo dependencia por parte de ella y culpa por parte de él. El alfa es un tipo responsable, no estaba de acuerdo con la infidelidad pero la constante forma de actuar de la mujer lo llevó a perderse en algunos vicios; entre ellos, el alcohol y el trasnoche, esto lleva a conocer gente. Bien sabía la clase de atracción que sentían sus aventuras por él así que jamás contacto a nadie más de una vez.

Entró por la gran puerta de cristal al edificio, saludó a algunos empleados que le tenían gran apreció, siempre ha sido un jefe entretenido y jovial. Un aroma exquisito inundó sus fosas nasales haciendo que girara el rostro en todas direcciónes buscando el origen de esta fragancia; dando rápidamente con el cuerpo de un delgado muchacho, antes de que max enfocara bien una segunda presencia apareció a su lado y el chico sonrió divertido. -"Tan jóvenes, deben ser los modelos para las nuevas portadas"-

Un omega tan alto como un alfa promedio, claramente más bajo que max que es un dominante, con hermosa figura, una cintura de infarto y unas prominentes caderas. El omega sonreía mientras hablaba hacía la persona a su lado, logró ver por fin su rostro cuando estuvo a solo unos pasos de las dos personas. Cabello castaño rozando un color chocolate oscuro, piel levemente dorada y labios gruesos, húmedos y rojos. Sus ojos se achinaron cuando sonreía, su voz también se oyó como un leve susurro, suave y melodiosa.

"¿Ustedes vienen a la sesión de fotos?" Preguntó sonriendo, el más bajo de los chicos le respondió con una sonrisa pero negó con la cabeza. El omega que había robado sus miradas en los últimos dos minutos giró en su dirección y lo saludó brevemente.