Capítulo 5

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— ¿Cómo ha estado Hyung? Ha pasado casi un año —preguntó HueningKai terminando de ordenar, el castaño suspiró—. ¿Cómo está Beomgyu?

— Beomgyu lidia con el luto de forma diferente, a veces es más difícil porque recuerda mucho a Min-jeong y tiene pesadillas sobre el accidente y me jode no poder ayudarlo.

El rubio ponía una mano sobre el hombro del contrario, intentando transmitirle su apoyo. Había acompañado a la pareja en la morgue y cuando las cenizas de la que consideraba su sobrina eran guardadas en el cementerio, había sido testigo de cómo el castaño llegó a desmayarse por no haber comido dos días seguidos y de cómo se aferraba a su Hyung mientras lloraba.

— Min-jeong era una niña muy linda, con tres años se comportaba como si fuera unos años mayor, era un amor —sonreía con nostalgia—. Cuando la traías al restaurante los clientes quedaban fascinados al conocer a una niña tan educada, me enorgullecía poder llamarla mi sobrina.

— Quería disculparme por no presentarme todo este tiempo Kai, yo...

— ¿Por qué va a disculparse? —lo interrumpió—. No solo soy su jefe Hyung, también soy su mejor amigo. Créalo o no, la muerte de Min-jeong fue una noticia muy fuerte y nos afectó a todos, quisimos darle nuestro apoyo y yo quería que te sintieras mejor antes de volver.

— ¿O sea que no estoy despedido por tantos meses de ausencia? —Hueningkai negó.

— No puedo despedirte por tratar de sobrellevar la pérdida de tu hija, quiero ver a mi mejor chef aquí desde mañana, los clientes extrañan su comida.

— Gracias Kai, te lo agradezco en serio.

El celular del pelinegro vibró en su bolsillo, sonrió al ver el nombre de Beomgyu en la pantalla.

— Disculpa —arrastró su dedo en la pantalla para contestar la llamada—. Amor, ¿está todo bien?

— Sí, llamaba para avisarte que vamos en camino con Yuna. ¿Puedes pasar comprando galletas cuando vuelvas?

Yeonjun sonrió soltando una pequeña risa.

— De acuerdo, vayan con cuidado y saludame a Yuna.

— Lo haré. Te amo, adiós.

— Yo igual —colgó guardando el celular con una sonrisa tonta pintada en su rostro.

— Ese es el rostro de una persona enamorada —musitaba el rubio viendo a su mejor amigo—. Sonríe de la misma forma desde que conoció a Beomgyu, me siento feliz al verlo sonreír así de nuevo.

La charla que surgió entre ambos era amena, el mismo mesero que les tomó la orden se acercaba y ponía los platos de comida sobre la mesa. Mientras comían, HueningKai le contaba a Yeonjun como el restaurante había mejorado en los últimos meses y los nuevos platillos que eran la sensación para los clientes. El pelinegro se sentía orgulloso, desde la secundaria escuchaba como su mejor amigo soñaba con ser dueño de un pequeño pero famoso restaurante, que siempre estuviera lleno y las reservaciones fueran demasiadas cada día. Ver el sueño de HueningKai haciéndose realidad lo hacía sentir orgulloso.

 Ver el sueño de HueningKai haciéndose realidad lo hacía sentir orgulloso

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Le Jardin || Yeongyu [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora