Sexto mes

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Beomgyu mira la luna parado desde la ventana de su habitación, creyendo que se ve más hermosa que otras noches.

— Cariño —dice Yeonjun entrando a la habitación, el castaño desvía su atención de la luna por un momento para verlo a él—, la noche está muy bonita hoy, ¿no quieres salir al parque a caminar?

— Sí, seguramente allá la luna se ve más hermosa —Yeonjun se acerca para besar su frente, toman sus abrigos y salen de la propiedad.

Durante el pequeño trayecto de su casa hacía el parque, fueron hablando de temas sin relevancia y más de alguna cosa interesante que haya pasado durante el día. Después de caminar un poco más por el parque, siendo iluminados por la luz de la luna, el castaño se sentó en la primera banca que encontró.

— Ahora no aguantas caminar casi nada —dice Yeonjun sentándose a su lado, rodeando los hombros del castaño con su brazo.

— Posiblemente me estoy convirtiendo en un flojo —respondió riendo—, extrañaba salir a caminar por las noches.

— Igual yo —el pelinegro apoya su mentón sobre la cabeza de Beomgyu—, no hay nada que prefiera más que salir a caminar contigo y hablar de cosas sin sentido para olvidarme del trabajo.

— Deben estar demasiado ocupados como para que regreses a casa tan cansado que te vas a dormir de una vez sin siquiera cenar. Me imagino cuando nuestro hijo comience a ir a preescolar y nos vayamos los tres juntos.

Yeonjun reía—. Será divertido verte correr de un lado a otro buscando alguna cosa que le hayan pedido a última hora.

— Mientras tú esperas impaciente dentro del auto al punto en el que prefieras detenerte a comprarlo en el camino.

— Si no es que me voy después de que les diga que si no están listos en dos minutos los dejo —el castaño golpeaba su pecho sin tanta fuerza, observándolo indignado.

— ¿De verdad serías capaz de dejarnos? —preguntó.

— Dependiendo del día, sí.

Beomgyu rodó los ojos y volvía a acurrucarse a su lado.

— Imaginate cuando llegue a la casa y nos presente a su primera pareja.

El pelinegro soltaba un pequeño gruñido de desaprobación.

— Te estás adelantando mucho, ¿no te parece?

— Yeonjun, no te alteres.

— ¡Ni siquiera ha nacido y ya lo relacionaste sentimentalmente con alguien!

— ¡Y tú te alteras por algo que no ha pasado todavía!

El pelinegro chasqueaba la lengua y miraba a su esposo con los ojos entrecerrados.

— Ahora ya sé quién de los dos será el padre celoso y sobreprotector —murmuraba Beomgyu lo suficientemente alto para que el pelinegro escuchará, quién se sintió ofendido al instante.

— Solo estoy procurando que nuestro hijo no se salte ninguna etapa importante de su vida, ¿entiendes? —Beomgyu rueda los ojos de nuevo—. De un momento a otro pasamos de hablar sobre llevarlo al preescolar a cuando tenga su primera relación, no estoy preparado para cuando suceda tal cosa.

— Siento que te dará un infarto si seguimos hablando de eso, relájate —trataba de contener una risa al ver a su esposo alterado de esa manera.

Yeonjun suspiraba, asintiendo levemente con la cabeza.

— No puedo esperar a verte cocinar para él —decía Beomgyu.

— Nuestro hijo siempre estará bien alimentado, de eso ni te preocupes.

— Por supuesto que no me preocupo por eso, me preocupo por la cantidad de platos sucios que me tocará lavar —el pelinegro soltó una pequeña carcajada al escuchar eso.

— Cariño, recuerda que somos un equipo; yo cocinó, tú lavas los platos y a nuestro hijo le toca guardarlos.

— Le tendremos un banquito para que pueda alcanzar la alacena —decía el castaño moviendo las manos, soltando una pequeña risa—. Uh —soltaba llevando sus manos hacia su barriga—, creo que acaba de patear.

— ¿De verdad? —los ojos de Yeonjun se abrían con sorpresa al igual que sus labios, emocionado.

— Sí, siente —el castaño tomaba la mano de su esposo y la movía sobre su barriga, buscando que el pequeño volviera a patear—. Por favor, cariño, tu papá también quiere sentirte.

Ambos esperaban pacientes hasta que Yeonjun lograba sentir una pequeña patadita en el lugar donde estaba su mano, los labios de Beomgyu se curvaban en una gran sonrisa de oreja a oreja, incapaz de contener su emoción.

— Vaya, es increíble —Yeonjun dejaba un pequeño beso sobre la frente del castaño, se alejaba de él y se acercaba a la barriga de Beomgyu, poniendo su oreja sobre esta.

— ¿Qué haces? —preguntaba el castaño riendo bajito.

— Trato de escuchar que pasa ahí adentro —responde Yeonjun, sintiendo la mano de su esposo acariciar su cabello.

— ¿Sucede algo? —dice Beomgyu bajito.

— No —responde Yeonjun con un pequeño puchero en sus labios—, creo que se escondió.

— Debiste asustarlo, Yeonjun malo —dice acariciando su barriga, mirándolo feo.

— Hey, ¿soy malo por emocionarme al estar presente cuando mi hijo dio su primera patada?

— No, pero acabas de decir que se escondió, claramente fue de ti.

— ¿Quieres discutir esto? —pregunta Yeonjun enarcando una ceja.

— Sí quiero, creo que ya estoy listo para volver a pelear contigo —entrecierra los ojos sonriendo juguetón, enterneciendo el corazón del mayor.

Está definitivamente ha sido la peor semana que he tenido durante lo que va del año, lamento tardar tanto en actualizar pero no me sentía bien y no tenía cabeza para pensar en nada

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Está definitivamente ha sido la peor semana que he tenido durante lo que va del año, lamento tardar tanto en actualizar pero no me sentía bien y no tenía cabeza para pensar en nada. Falta un capítulo más antes del epílogo, el cuál ya estoy comenzando a escribir. De nuevo, lamento la tardanza.

Rosie.

(Corregido 2022.12.07)

Le Jardin || Yeongyu [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora