Capítulo 17

1.7K 106 13
                                    

Foto del AFI Cotroceni en multimedia.
Dato: No les había dicho, pero en realidad este centro comercial si existe en Rumania. Solo que la estructura interna no es nada parecida a la descripción que puse en esta historia ya que del local solo tomé el nombre.

Despierto en una cama desconocida. Es como si el tiempo se detuviera. Paredes grises. Trofeos en una repisa. Cuadros abstractos. Una cómoda y esponjosa cama donde se encontraba una chica pelinegra toda despatarrada y en una posición que parecía casi imposible.

En todo caso, esa chica era yo, Ava. Quien en estos momentos sentía que su cabeza quería explotar. Lo peor, no me sentía alarmada de este lugar desconocido. Era como si de cierta forma lo conociera. De hecho. Lo comprobé cuando de pronto observé una imagen de un guapo chico castaño de amplia sonrisa y ojos verdes junto a una chica rubia de cabello corto y ojos del mismo color, Nicoletta e Ioan.

Sabía donde estaba. No obstante, la pregunta del millón seguiría siendo. ¿Qué hacía aquí?

Sin embargo. No tuve mucho tiempo para pensar ya que justamente en ese momento un teléfono comenzó a vibrar y al encontrarlo me percaté de que el nombre que anunciaba era Ioan.

-¿Ya despertaste princesita?-preguntó en tono cantarino.

-Creo que es evidente.-le gruñí pero solo escuché una carcajada de su parte.

-¿Me puedes decir que pasó ayer?

-Princesa, eso lo descubrirás por ti misma muy pronto. Ahora solo te diré que te reunas con nosotros en el AFI. Tienes algo de ropa de Nicole en la mesita de noche.-dijo y luego colgó, dejándome con más temores y dudas.

Solo esperaba no arrepentirme de nada y estaba casi segura de que esto era un imposible ya que cuando pensaba en el día anterior había una gran neblina, debido a que mis recuerdos se encontraban contenidos.

Pero tarde o temprano sabría.

Tomé aquel vestido veraniego de color blanco junto a una peluca y anteojos (muy parecidos a los que usaba para pasar desapercibida en la escuela) que me habían dejado los chicos y me dirigí hacia el cuarto de baño. Lugar de donde salí con las ideas más claras.

De hecho, había llegado a la conclusión de que pasara lo que pasara evitaría a Harry ya que aquel trato había sido de una sola noche y no podía darme el lujo de olvidar todo eternamente. Aun seguía bajo la amenaza de la reina. Solo esperaba que ella no se hubiese enterado de todo lo sucedido ayer.

Seguí con aquel pensamiento en la cabeza mientras salía de casa de los Ashford, donde no me encontré ni un alma, tan solo el ama de llaves, quien cerró la puerta luego de mi partida.

Estaba tensa. Mis manos temblaban ante las expectación y en el transcurso del viaje en taxi hacia nuestro lugar favorito llamé a mis padres para informarles de que estaba bien.

No obstante, ellos no estaban preocupados y lo más raro de todo es que Harry les había llamado e informado de que estábamos juntos y me quedaría en casa de Nicole desde ayer en la noche. Incluso les había llamado hoy para que no se preocuparan.

No entendía nada. Todo era realmente extraño. A tal punto que me asustaba ya que a rajatablas había aprendido de la vida que todo tenía un precio.

¿Qué cómo lo aprendí? Lo aprendí hacía dos años. Cuando aun enamorada de Harry decidí aventurarme a una relación con Andrei.

La primera vez que le había visto. Su gran parecido con Harry me había cautivado. A mí, a esa ilusa que buscaba en otros a la persona que no podía tener.

Una princesa para el príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora