Capítulo 3

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Mi nuevo comienzo ¿Quién lo iba a decir, no? Pues mírenme aquí. A veces el mundo daba mil vueltas, una y otra vez. Pero siempre regresaba hasta el mismo lugar. El lugar donde comenzó todo. En todo caso, donde comenzó mi vida.

A veces se dice que una mirada vale más que mil palabras y que en el silencio es donde más palabras se pronuncian. Solo que estas palabras no han sido escuchadas. En mi caso no es que no las escuchara. Es que no lograba descifrar el significado de todo esto. El significado del silencio de la persona que durante quince años había sido mi mejor amigo, Harry.

Muchas veces me pregunté: ¿Cuándo comenzó todo? ¿Cuándo fue que una amistad como la de nosotros se fragmentó? Fue como aquellas rocas que un día fueron las más fuertes y se convirtieron más adelante en simple polvo. Aunque... al menos ellas seguían siendo necesarias, podían haberse resquebrajado hasta convertirse en polvo pero aún se podían utilizar para un fin mayor: Para crear recuerdos. Porque ¿Qué persona no conserva recuerdos de sus casas, recuerdos de las calles por donde pasaron o las paredes que les vieron crecer?

Aunque, sin duda, un día haya sido una fuerte piedra y luego se haya convertido en polvo, sirvió para un fin mayor: Construir cosas que muchas veces fueron testigos y aún guardan recuerdos de los momentos más felices y alegres de muchas personas.

Yo podría decir cuándo fue que comenzó nuestra historia. Cuándo comenzó nuestra hermosa amistad. Si me lo preguntaran, diría que desde el primer momento en que le conocí.

Aún me acordaba con cariño de ese día. El día en que fui con mis padres de visita al palacio Iasi, uno de los tantos palacios de la familia real pero, por casualidad, en ese día en específico toda la familia real se encontraba reunida allí.

Ese día fue espectacular. Hasta que llegó Dinah y arruinó todo o, por lo menos, yo pensaba eso porque minutos después, gracias a ella y sus travesuras, le pude conocer y, aunque nuestras extrañesas de niños y nuestras posiciones sociales eran muy distintas, eso nunca fue impedimento para lo que surgió desde ese primer día. La amistad inigualable entre Harry y Ava.

En cambio así mismo con la facilidad que podría decir que recuerdo cuando comenzó todo, podría decir que no tenía idea y no sabía cuándo fue que culminó.

¿Acaso fue aquel día cuando fui a mi primera fiesta y borracha le confesé mis sentimientos?
———————
¿O fue aquella tarde cuando le confesé la triste y dura realidad de nuestra inminente despedida?

En todo caso no lo sabía. Pero estaba segura de que tarde o temprano encontraría las respuestas que desde hace tiempo muy desesperadamente había estado buscando.

(...)
Bajo a la cocina tranquilamente para saciar mi hambre.

Camino con toda la pereza del mundo y luego de saludar a todos me siento a la mesa.

—¿Qué hay de comer?—le pregunto a Marina a la vez que froto mi estómago en señal de que tenía hambre.

—Desde pequeña siempre has sido una niña con mucho apetito—me sonríe—Pues tenemos crepes—me dice sabiéndose ya, que ese era mi desayuno favorito.

—Yupiii, mi favorito—sonrío tal cual niña del kinder emocionada por su chuche favorito.

—Desde pequeña te encantan—dice con una sonrisa—Aquí los tienes—avisa sirviéndome un gran plato.

—Gracias,¡yupi dupi!—grito emocionada para luego sonreír y disponerme a devorar mis deliciosos y hermosos crepes.

La verdad que si me encantaban, no podía encontrar mejor desayuno. Los famosos crepes de Marina eran los que más extrañaba cuando sentía hambre.

Una princesa para el príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora