Amenazas

565 41 1
                                    

Melody, había pasado la noche en la casa de Antonio, pero al día siguiente antes de que alguien despertara tomo sus cosas y se marchó, el tiempo en Chicago no le sirvió de mucho, solo logro agobiarse más de lo que ya estaba, solo decidió ir a tomar su último turno en la 51, cosa que no quería.

Al entrar pudo visualizar a Shay, darle un frasco de lo que parecía ser medicamento a Severide, sabia para que lo necesitaba, ahora estaba dolida, así que la mejor forma de desquitarse era molestando a su mejor amiga con lo de los frascos.

Cuando Severide desapareció del pasillo, rápidamente se acercó a Shay, quien al ver a la supervisora de la 51 palideció, sabía lo que había entre Severide y ella, como también sabía lo que había sucedido la mañana anterior con la pareja.

-Leslie Shay –menciono la joven con una sonrisa sínica

-Melody... ¿Q-que necesitas? –respondió Shay con nerviosismo

-Tu y yo sabemos, que... dar medicamentos sin receta, es ilegal, y que tomar medicamentos de la ambulancia esta... estrictamente prohibido –menciono resaltando las últimas palabras

-No sé de qué hablas

-Un bombero en turno drogándose. No, no, no, podría perder su trabajo, e incluso ir a la cárcel

-Ohh, por favor Melody, empieza a comportarte como una adulta, y no como una niña caprichosa a la que su novio de dos semanas le fue infiel –respondió irritada la rubia

-De dos semanas no. Pero ¿De qué hablas Shay?, crees que esto es por lo que sucedió con Severide, ¿no es cierto?

-Pues sinceramente Melody, esto lo sabias desde hace meses, y nunca amenazaste con delatarnos –afirma la rubia con rabia

-Debes estar bromeando... ¿Yo?, yo no sabía de esto, sabes creo que al concejal le encanta- -la joven se quedó estática al sentir la mano de la otra muchacha impactando contra su mejilla, sintiendo un dolor punzante en su mejilla se giró para poder ver a la paramédica, sin poder evitarlo empezó a sentir que de sus ojos saldrían lágrimas, pero lo evito, recordó aquel lugar horrible, en el cual había pasado la mayor parte de su vida.

Si se atrevía a soltar una sola lágrima le iría peor, así que como pudo, enderezo su postura e intento hablar lo más normal posible.

-En tu vida Dodds, vuelves a amenazarme, ¿Me escuchaste?

-Y tú no vuelvas a ponerme una mano encima –sentencio Melody, para luego darse la vuelta y salir de la estación

Antes de llegar a su auto la voz de Severide la detuvo.

- ¿Qué sucedió allá dentro entre tú y Shay? –pregunto detrás de la joven

-Nada de tu interés Severide –estaba por voltearse y entrar a su auto, pero antes lo pensó un poco mejor- ¿Sabes qué?, si, de hecho, si, debería interesarte mucho, dile a Shay que si me entero que los medicamentos de la ambulancia llegan a faltar... que no dude en que el concejal de distrito, y todos los jefes se enteraran que has estado metiéndote drogas durante los turnos, y no dudo  que tu insignia, y tu puesto de teniente se irán a la basura –susurro en el oído del teniente antes de darse la vuelta, entrar a su auto, e irse del lugar.

Melody siempre cumplía sus amenazas, y más ahora que estaba furiosa con él.

Definitivamente estaba jodido.

(...)

Difícil de saber  (One Chicago- UVE- OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora