Tulips

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//*+16, 17, 18?

*Si llega a ser incómodo para alguien puede saltarlo, no se están perdiendo de mucho. Es un experimento. 


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—¿Te gusta algo de lo que observas? —la sonrisa engreída de Mateo a través del espejo hizo que las comisuras de sus labios se elevaran en una sonrisa enigmática.

Estaba disfrutando de la vista mientras lo veía arreglarse para asistir a un evento, por el momento la única prenda de ropa que se mantuvo en su cuerpo desde que se lo colocó su bóxer negro, por su torso pasaron alrededor de cinco camisas de colores similares, y los pantalones cambiaron de tonalidad unas tres veces.

Mateo tenía buen gusto y cualquiera de los atuendos que eligió se veían bien sobre él, con su cuerpo debía preguntar si algo le quedaría francamente mal.

Incluso con un taparrabos proyectaría una confianza tan apabullante que era extremadamente sexy. Su sangre empezaba el camino hacia el sur de su cuerpo, debía pedirle que cumpliera esa pequeña fantasía, un poco de pintura sobre su rostro y sería un salvaje guerrero azteca.

—¿Y entonces? —Mateo irrumpió sus pensamientos, seguía esperando la respuesta mientras sus ágiles dedos anudaban la corbata negra. Un nudo impecable terminaba el atuendo una pisa corbatas la sostuvo. Luego tomó el frasco de colonia entre sus manos.

El olor inundó la habitación, inhaló hondo porque amaba el olor de madera, cuero, un toque cítrico, almizcle combinados con su olor personal era una completa delicia para su olfato, amaba colocar su nariz en su cuello cuando lo tenía cerca.

—Si te digo que sí ¿te quedarías conmigo? —Temo sabía que su queridísimo novio amaba los cumplidos, y no le molestaba alimentar su ego aunque no lo necesitara. Mateo Symanski proyectaba, seguridad, confianza, inteligencia, capacidad por cada poro de su piel.

—¿Te gusta ponerme las cosas difíciles, verdad? —Mateo se acercó a la cama agachándose para besar sus labios—, llegó tarde, pero si quieres acompañarme aún está abierta la oferta.

—Estoy de vacaciones, se te hará tarde si esperas que me arregle —Temo negó con su cabeza y se elevó sobre su codo para corresponder al corto beso—, te esperaré, conserva la corbata cuando regreses.

Las cejas de Mateo se elevaron, estaba interesado al escuchar esa petición.

—Ve la película que querías ver y estaré de vuelta antes de que me extrañes.

—Ya te extraño...

Mateo rozó su nariz contra la de Temo en un beso esquimal, su corazón se mantenía saltando demasiado feliz en su pecho desde que Temo formaba parte de su vida. Antes de él se le hacía risible que sus amigos comentaran que no querían despertar de ese sueño al estar enamorados, ahora lo comprendía por completo.

Las dos horas que se mantuvo saludando empresarios y políticos se le hicieron eternas, el evento benéfico era demasiado aburrido cuando en el apartamento que compartía con Temo, este estaba esperándolo.

Cuando cumplió con el pequeño discurso que le habían solicitado se retiró lo más silenciosamente posible. De vuelta al apartamento en uno de los semáforos las luces de una pequeña floristería captaron su atención.

Antes de estar en una relación con Temo no se consideraba un hombre detallista, ahora simplemente amaba ver el rostro de Temo iluminado por cada pequeño detalle, no importaba si era un caramelo comprado a un vendedor ambulante o un reloj de marca. La sonrisa de Temo era invaluable. Joder, estaba perdidamente enamorado y estaba jodidamente orgulloso de ello.

"Serendipia" OS (MATEMO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora