La criatura enorme emergente del agua es parecida a un dragón con forma de serpiente, sus escamas son azules y duras, moteadas de distintos tonos de azul. Cuenta con dos grandes colmillos que sobresalen de sus fauces enormes y sus ojos son color turquesa, profundos y de pupila enorme. Es hermoso y agresivo al mismo tiempo.
Me acerco y comienzo a acariciar al animal, tratando de apaciguarlo y esperando que sonría o muestre seña de que lo que hago le gusta. Sin embargo su rostro, si se le puede llamar así, se mantiene inexpresivo e indiferente ante el tacto.
De pronto se escucha un grito ahogado en lo profundo del bosque que está más allá de las montañas que rodean el lago cristalino y la criatura por instinto se sumerge nuevamente al fondo del agua en modo de alerta.
–Me parece haber escuchado a Natalia –Susurro sin si quiera pensar lo que dije.
–De seguro es alguien más, al menos que Natalia tenga los lentes que te di o mi poder no sería capaz de entrar a este lugar –Niega Amber apresuradamente– De una u otra forma debemos ir a comprobar que todo este seguro, después de todo es tu mente.
–Tienes razón –Afirmo mirando nuestro reflejo en el hermoso lago. Me pregunto a donde habrá ido la criatura que hace unos momentos estaba aquí– Amber ¿Por qué venimos a visitar a mi mente?
–Me pareció interesante hacerlo –Responde inexpresivamente. Sin embargo tengo el presentimiento de que eso es mentira.
–Pero antes dijiste algo sobre que mi mundo era… ¿Magnifico y enigmático? –Ella solo agacha la cabeza y se queda seria– ¿¡Qué sucede con mi mente!?
–Nada.
–Es claro que sucede algo, ¿qué tengo de especial? –Pregunto confundido.
–Tu mente es capaz de cosas que ninguna otra puede.
–Dime ¿qué clase de cosas?
Nos quedamos viendo el reflejo en el lago durante poco más de un minuto, en silencio completo. Amber se mueve y escucho sus pasos caminar por el piso de madera que rodea al pozo y conecta con las montañas, sin embargo en ningún momento me volteo para verla marchar.
Después de media hora observándome en el reflejo del lago dirijo mi vista hacia las montañas detrás de mí, Amber no está en ninguna parte. Debería hacerlo pero no me alarma la idea de que Amber desaparezca ya que después de todo es mi mente. ¿Acaso hay algo en mi mente que pueda hacer sentir tal cosa como el miedo? No lo creo. Pero tampoco estoy seguro de ello.
Avanzo por el camino de madera que conecta al pasto verde de las montañas lentamente esperando regresar al mundo físico en el que suelo vivir. Al llegar al pie de la montaña cubierto por un hermoso pasto volteo en todas direcciones queriendo atrapar la imagen de lo que estoy observando.
–Así que la pequeña chica de ojos bellos se ha ido ¿Me pregunto a dónde? –Susurra un chico ubicado al otro extremo del lago, viste ropa negra y su cabello es color blanco. Lo que más resalta es la sonrisa que emana de su rostro. Luego desaparece entre las montañas al igual que todos mis pensamientos relacionados con él.
Regreso en dirección de mi destino inicial y avanzo por un sendero entre las montañas que dan con un bosque enorme lleno de árboles que bajo la escaza luz de la noche se ven color gris opaco y sombrío.
Camino por entre los arboles poniendo atención a cada acción realizada en este, desde una pequeña criatura similar a una ardilla moviéndose por ahí hasta el ligero movimiento de las hojas al caer. Es sorprendente que todo esto haya sido creado por mí, sin si quiera darme cuenta diseñe un mundo.
Llego un punto en que me sentí incapaz de seguir avanzando pero tampoco podía regresar, estaba perdido en medio de un bosque creado por mi subconsciente. Entonces visualice una escena en la que reconocí inmediatamente a Natalia.
–Natalia –Intente exclamar pero mi voz me lo impidió y se me hizo un nudo en la garganta. Cada palabra que intentaba pronunciar se cortaba y perdía entre mis pensamientos.
–Tu sombra –Susurra una silueta oscura con una sonrisa macabra pintada sobre una máscara que porta en el rostro.
Alrededor de ellos dos el prado esta en llamas de tal forma que el fuego pareciera querer atraparlos solo a ellos y a nada más en el bosque. Natalia esta tumbada boca abajo en el suelo, muchas lágrimas recorre su rostro y terminan por caer en un charco formado bajo su delicado cuerpo. La sombra en cambio está de pie con una mano extendida en dirección a Natalia.
Intento decirle que despierte a Natalia pero mi garganta no emite sonido alguno y las orejas de ella no se ven en condiciones de escuchar lo que provenga del exterior del aro de fuego que los rodea.
Al ver que usar mi voz no ayudara me decido a entrar en el aro de fuego y despertarla con mis manos así que avanzo en dirección a las llamas. Lo toco e inmediatamente siento como el calor radiante se adhiere a mi cuerpo de manera sutil, me quema lentamente pero continúo avanzando hasta finalmente estar dentro.
–Mi dueño ¡Apártese de aquí! ¡Esta chica está bajo mi dominio ahora! –Exclama la sombra volteando a verme con una voz deforme y distorsionada en la cual alcanzo a distinguir la esencia del desespero.
Me acerco a Natalia haciendo caso omiso al aviso de la sombra y aun sintiendo como el fuego quema mi cuerpo, toco su cuerpo frio con mi mano caliente y ella reacciona inmediatamente.
–Hibiki… –Susurra Natalia con la expresión fría y vaciá. Acerco mi rostro lentamente hacia el suyo instintivamente y acaricio sus labios con los míos, en cuestión de segundos y sin darme cuenta le he dado un beso corto.
–A veces llega a ser irritante, señor dueño –Susurra frustrada la sombra. De repente todo el fuego ha desaparecido junto con la sombra y en su lugar queda una fuerte corriente de aire en el lugar donde ocurrió la escena.
Después de un instante Natalia se da cuenta de lo que acaba de suceder y lo admito… Ni si quiera yo me había dado cuenta de lo que acababa de suceder. Ambos nos ruborizamos y nos apartamos avergonzados, como habiendo cometido un crimen.
–Gracias –Susurra Natalia con una sonrisa tímida y la cara sonrojada. Sus ojos café oscuro lucen hermosos a la luz de la luna.
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Amber (Primer borrador)
Teen FictionTodos tenemos días malos, esos en los que todo lo que hacemos nos sale mal y siempre estamos de mal humor. Sin embargo el sol sale incluso en los peores días y puedo decir que mi sol es chica y se llama Amber. Pronto descubrí que Amber era especial...